Este es, de hecho, el criterio a partir del cual se está administrando la cuarta dosis, que, como asegura este alto cargo de Salut, “no se está ofreciendo a todos los ciudadanos, sino tan solo a aquellos que presentan un nivel de inmunidad caracterizado por una gran precariedad: enfermos oncológicos y que están recibiendo sesiones de quimioterapia, personas trasplantadas… Son candidatos a una cuarta dosis de la vacuna Covid precisamente porque su vulnerabilidad frente a las posibles consecuencias de un eventual contagio resulta mucho más acuciante”.
El proceso de cita de estos perceptores es complejo. La doctora Carandell utiliza incluso la expresión “trabajo artesanal” para referirse al protocolo que se aplica en estos casos, dado que, en efecto, “hay que realizar muchísimas gestiones antes de culminar positivamente este tipo de vacunaciones. Hay que citar a estos pacientes, contactar con el equipo médico que les atiende, someterles a diferentes pruebas, obtener la correspondiente serología… No estamos hablando de un grupo de población muy extenso. En Baleares, la cifra podría rondar las 10.000 personas. Sin embargo, la labor que se debe acometer es ingente”.
En algunos casos, los responsables sanitarios que supervisan la evolución de estos perceptores recomiendan, paralelamente, la administración de un medicamento, Evusheld. La doctora Carandell recuerda, en este sentido, que “algunas enfermedades no solo se previenen mediante vacunas, sino que también es factible indicar fármacos que aumentan el grado de protección porque incrementan la inmunidad”.
EVUSHELD, UN NUEVO TRATAMIENTO
Si nos ceñimos a Evusheld, su aplicación se realiza a través de dos pinchazos que se llevan a cabo en el mismo momento. Sus destinatarios son personas que presentan un riesgo muy elevado de sufrir efectos graves a causa de un contagio por coronavirus y, como explica Carandell, “no han desarrollado anticuerpos ni siquiera después de que se les haya facilitado la cuarta dosis de la vacuna contra la Covid”.
Y mientras a este pequeño segmento de ciudadanos (población muy vulnerable) se les ha suministrado ya este refuerzo suplementario, otros sectores de población permanecen sin vacunar. Entre los colectivos más reacios a recibir las dosis de protección están los jóvenes.
La directora de Assistencia Sanitària del Servei de Salut considera que “cuanto menos edad tiene una persona, menor percepción de riesgo tiene. Y, por esto, se vacuna menos, incluso ante una alarma sanitaria tan grave como la que estamos viviendo desde hace dos años. Hasta cierto punto, hay que entenderles. Es normal que su comportamiento no sea el mismo que el de la gente más mayor. Estos tienden a decantarse por posiciones más prudentes y, por tanto, su confianza en la vacuna es más notoria”.
Además de la conducta escéptica de los más jóvenes, los relativamente bajos porcentajes de vacunación contra la Covid que registra Baleares (al menos si se comparan con otras comunidades autónomas) tienen mucho que ver, según Carandell, “con la presencia en estas islas de una variada amalgama de culturas, algunas de las cuales destacan por su relativa desconfianza en relación a las vacunas. Eso mismo ocurre en sus países de origen, y buena parte de estas personas, que ahora residen en el archipiélago, mimetizan estas actitudes”.
BITCITA Y VACUBUS: VOLVERÁN SI LA COYUNTURA LO HACE PRECISO
Entretanto, las actuaciones desarrolladas en relación a la campaña de protección han visto disminuir su intensidad a medida que la cobertura ha ido incrementándose y, a su vez, los efectos de las infecciones han ido aminorando su gravedad, lo cual se ha traducido muy claramente en la disminución de las cifras de la presión asistencial en centros de salud y hospitales.
Servicios como el bitcita o el vacubus se hallan actualmente desactivados. Sin embargo, no necesariamente hay que descartar su regreso en el futuro. Todo dependerá de cómo evolucionen los datos epidemiológicos. Así lo confirma la doctora Carandell: “En estos momentos, tanto el Ministerio de Sanidad como otros responsables son partidarios de esperar para comprobar hacia qué derroteros se encamina la situación. Es posible que llegue el momento en que sea necesario inyectar la cuarta dosis de la vacuna a un contingente amplio de población, y, si esto se produce, habrá que pensar en poner en marcha nuevamente instrumentos que han demostrado su efectividad en el pasado para agilizar la administración de las unidades. Entretanto, con una cobertura elevada y una aplicación de la cuarta dosis restringida a los ciudadanos vulnerables, no parece que tenga demasiado sentir mantener abiertos los grandes espacios de vacunación”.
GRIPALIZACIÓN DE LA COVID
Por otra parte, desde determinados sectores se habla, cada vez con mayor insistencia, de la gripalización de la Covid. Es decir, de la tendencia a considerar el coronavirus, ya sea a efectos de prevención o de tratamiento, desde parámetros similares, cuando no idénticos, a los de la gripe común. La doctora Carandell reconoce, en este sentido, que la conversión de la protección frente a la Covid en una cita más del calendario vacunal de cada año, como ocurre en el caso de la gripe, es una hipótesis que “se podría dar. Sí, podría ocurrir. Todo dependerá de las variantes que sean dominantes en un momento dado, y de la incidencia y la gravedad de estas versiones del coronavirus”.
De hecho, según la experta, los responsables de la lucha contra la pandemia “valoran ahora factores como los ingresos hospitalarios derivados de los contagios, la afectación en la población vulnerable, la sostenibilidad de las UCI. Puede darse el caso de que se detecte un gran número de casos y, por el contrario, haya pocos ingresos hospitalarios, y, si esto fuera así, el nivel preocupación sería menor”.
OMICRON Y NUEVAS VARIANTES
Actualmente, Omicron continúa siendo la variante hegemónica en el escenario epidemiológico de la Covid. Sin embargo, Carandell admite que “han surgido tantas modalidades desde que Omicron irrumpió por primera vez, que ya hemos perdido la cuenta”. No obstante, la representante de la Conselleria de Salut estima que el comportamiento del coronavirus está siendo similar al de la gripe, desde el punto de vista en que, según afirma, “sabemos que el virus gripal va mutando y van surgiendo periódicamente nuevas variaciones que pueden revestir mayor o menor gravedad. Eso supone adaptar la vacuna contra la gripe a esta realidad que va transformándose todos los años. ¿Ocurrirá esto también con la Covid? No lo sabemos, pero, desde luego, es una posibilidad”.
Finalmente, la doctora Maria Eugènia Carandell ha valorado la desescalada en las restricciones que han ido aplicando las diversas administraciones. De un contexto presidido por las limitaciones (cierre de negocios, mascarilla en interiores y también en exteriores, paralización de la actividad económica…) hemos pasado a un escenario muy diferente, que se caracteriza por la liberalización de buena parte de estas prohibiciones. De todas las directrices que han ido perdiendo vigencia, la que mayor calado social ha tenido es, posiblemente, la supresión de la obligatoriedad del uso de las mascarillas, excepto en supuestos muy concretos, como centros hospitalarios, residencias geriátricas y transporte público.
DESESCALADA
¿Ha llegado esta desescalada en el momento más oportuno, cuando cada día siguen registrándose nuevos positivos por Covid, en Baleares y en otros territorios? La doctora Carandell asegura “comprender” que este tipo de situaciones se adoptan “teniendo en cuenta muchos factores y condiciones. Hay aspectos de carácter social, laboral y económico que no atañen a mi labor como responsable sanitario, pero una cosa sí le diré: si se le formula esta pregunta a un médico, este contestará, sin ningún lugar a dudas, que siempre es demasiado pronto para quitar las restricciones. Y es lógico, porque los facultativos nos ceñimos a nuestra experiencia con los enfermos y, por tanto, tendemos a mostrarnos más comedidos o prudentes”.
Más allá de estas consideraciones, la directora de Assistència Sanitària del Servei de Salut aconseja a los ciudadanos que “en esta nueva etapa, hagan uso de la máxima cautela, y tomen los mínimos riesgos posibles. Sí, es cierto que ya no estamos obligados a ir con mascarilla a todos lados, pero eso no significa que este elemento de protección personal no sea necesario a veces. Por ejemplo, si alguien va a visitar a sus abuelos, de avanzada edad y con pluripatologías, ha de tener muy presente que, para estas personas, un contagio no significa lo mismo que para la gente más joven. Al fin y al cabo, a mi entender, es una cuestión de civismo y de sentido común”.
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