Presidente de paso

El presidente del Partido Popular de Balears, Miquel Vidal, es el responsable de conducir a la formación política hegemónica en el archipiélago hasta el congreso extraordinario que habrá de marcar una nueva hoja de ruta política y también elegir a quien haya de ejecutarla. Desde esta perspectiva, Vidal es un presidente de paso cuyas aspiraciones están cercenadas desde el momento en que decidió asumir la presidencia del partido para evitar ahondar en la división que se oteaba en el horizonte popular.

En la entrevista publicada ayer en mallorcadiario.com se declara partidario de un congreso donde cada afiliado pueda votar libremente, siguiendo la estela de José Ramón Bauzá que fue pionero dentro del PP a la hora de dar el poder a la militancia, sin delegados ni compromisarios que se repartieran el pastel. Eso permitirá que el próximo presidente del partido goce de toda la legitimidad necesaria para llevar a cabo su tarea.

Sin embargo, es preocupante la falta de autocrítica que demuestra Vidal. No en vano, ha sido secretario general del PP de Balears. Pero sostener el mismo discurso político que ha llevado a su formación a perder la práctica totalidad de instituciones que ostentaba con mayoría absoluta durante la legislatura pasada, sobre todo en materia de lengua, no parece muy inteligente. Si alguien curtido como Vidal no percibe los errores cometidos, es dudoso que pueda corregirlos. Aunque quizás no hace más que demostrar que él solo está de paso, un interinaje asumido por causa de fuerza mayor.