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Por una nueva Punta Ballena

miércoles 29 de octubre de 2014, 20:15h

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La temporada alta de este año ha mostrado indicios significativos de que puede producirse una nada despreciable pérdida de clientes en Punta Ballena a causa de los escándalos del mamading y similares, sobradamente conocidos por los lectores de mallorcadiario.com. Es la hora de reaccionar. Y hacerlo con profesionalidad y con visión de presente y de futuro. Empresarios, instituciones y organizaciones ligadas al turismo han de aprovechar lo que queda de ese otoño y el próximo invierno para trabajar y planificar con intensidad y visión de futuro. La temporada alta del 2015 ya debe comenzar a visualizarse una nueva Punta Ballena, capaz de compendiar encanto con orden y equilibrio con tolerancia. Es imprescindible que todas las normativas se cumplan con el objetivo de dotar a la zona de una mayor categoría y prestigio.


No será fácil. El turismo de borrachera es muy antiguo. Data de los años setenta del siglo pasado, cuando tiempos también de crisis forzaron a tirar los precios y a poner de moda lo que entonces se conocía como turismo de alpargata. Pero por el bien del futuro empresarial en Magalluf y por el prestigio del conjunto de Mallorca es preciso un gran impulso.

El primer paso corresponde a los empresarios. Ellos han de tomar las decisiones más importantes para reordenar la oferta. Si quieren, podrán hacerlo. Les sobra profesionalidad, perspectiva y visión de futuro. También la Conselleria de Turisme y el Ayuntamiento de Calvià tienen mucha tarea por delante. Es más, la campaña electoral del próximo mayo ha de quedar empapada en Calvià por compromisos de los partidos, con compromisos concretos y claros, para mejorar la situación.

El punto fundamental es aumentar la calidad de la oferta y, en paralelo, los precios. También buscar cortapisas a la venta desaforada de alcohol y la facilidad con que se consume en plena calle. Por su parte,  la Policía Local ha de extremar su capacidad de vigilancia, control desde el tacto y la consciencia de que, al fin y al cabo, se trata de un destino vacacional. Ello quiere decir que han de saber actuar sólo en el momento oportuno y con la mayor discreción posible, pero siempre sabedores que desarrollan una labor de enorme importancia.

Son muchas las medidas a poner en práctica. Pero con voluntad compartida de todos los sectores implicados el año que viene ya podrán verse resultados y en los próximos ya podrá hablarse de éxito rotundo. Pero si no se reacciona el próximo invierno el peligro de degradación endémica e incurable de Punta Ballena también es una peligrosa y negra posibilidad. Es hora de la verdad. Sin miedos ni dilaciones.