www.mallorcadiario.com

¿Por qué estamos todos tan enfadados?

domingo 24 de noviembre de 2024, 08:50h

Escucha la noticia

La verdad es que no sé si soy la única que tiene este pensamiento, pero: ¿puede ser que la sociedad, el mundo en general, esté más crispado que nunca?

Tengo la impresión de que todo está muy tenso, muy caldeado, y no sé por qué razón. Me parece que hemos entrado en una dinámica de atacar a cualquier persona, opinión y/o gesto solo porque, ¿está de moda? ¿O porque hemos cogido esta dinámica como algo rutinario y normal? ¿O es que esta es la forma de autogestionar nuestras propias frustraciones? No lo sé. Lo que sí tengo claro es que al mundo le está pasando algo.

Parece que, de repente, hemos olvidado cómo actuar desde la calma y la empatía. ¿O es que realmente nunca hemos aprendido?

Y antes de que os preguntéis a qué me refiero exactamente, intentaré poner algunos ejemplos que seguro resonarán con más de uno.

Estás en la cola del súper y la cola de la caja de al lado es un poco “dispersa”. Hay un hueco algo más grande entre la persona de delante y el último de la fila, para mantener libre el pasillo. Llega alguien, un poco más distraído de lo habitual, y se pone en el hueco libre, delante del que iba último. Enseguida este se pone furioso y alza la voz diciendo: “¡Eh, eh, no te cueles! ¡¿Qué pasa aquí?!”. La otra persona, claramente sin ninguna intención de colarse, pide perdón, pero el “ofendido” ya está en el nivel 300 de “autocabreo”, como me gusta llamarlo. Por lo que parece, no acepta las disculpas y pasa a su lado para ocupar “SU puesto”, mientras sigue refunfuñando cabreado.

Yo, que estoy en la fila de al lado observando, me quedo atónita de tal cantidad de rabia volcada en cuestión de tres minutos a una persona que verdaderamente no tenía ninguna intención de incomodar a nadie. Pero ahora, esta misma persona ya trae una nube gris encima, porque se la acaban de pasar, así sin más.

Otro ejemplo directo sería el de dos jóvenes autónomos que deciden invertir todos sus ahorros y mucho, mucho tiempo para lanzar una nueva empresa de servicios de concierge. En cuanto hacen un lanzamiento público en redes sociales de su web, directamente reciben una notificación de alguien diciendo algo tipo: “¡Ya lo que nos faltaba! Con lo tensa que está la situación de turismo en esta isla!”. El tema es que esta persona ni siquiera se ha tomado un segundo para entender el concepto correctamente, y mucho menos para preguntar a las personas detrás del proyecto; para averiguar si el concepto implica mejorar o empeorar la situación. La realidad es que esta empresa, de jóvenes mallorquines, nace precisamente con la intención de reeducar al turista que ya de por sí viene a esta isla, y redirigir el negocio a la economía balear. Pero esta persona simplemente ataca, porque ha interpretado que debe ser algo que no puede ayudar. Simplemente ha decidido que este proyecto es negativo, así sin más.

Y, bueno, supongo que no hace falta mencionar el tema de los bandos políticos y lo radicales que nos podemos volver, incluso con nuestros amigos o familiares. Ya no escuchamos los valores o intenciones de las personas y comenzamos a etiquetarlas como "buenas" o "malas" en función de a quién votan. Ya no nos interesa si alguien apoya un partido por motivos económicos o personales; simplemente asumimos que su voto define toda su moralidad. "¿Votas esto? Pues eres lo otro" (lo que sea que se diga la gente). Simplemente nos atacamos directamente y a nivel personal. Así, sin más. Sin preguntar, sin indagar un poco más y, sobre todo, sin escuchar.

Podría seguir con más ejemplos, pero quizás, a estas alturas, ya habréis entendido a lo que me refiero. Tengo la impresión de que se ha puesto de moda o se ha vuelto “muy importante” dar mi opinión de todo, siempre, todo el rato, me la pidan o no. "Yo opino que esto está bien, esto está mal, esto me parece absurdo y si tú piensas lo contrario eres *". Y así todo el rato, olvidando por completo la parte humana. Olvidando por completo lo de primero escuchar, informarte, entender; para así poder formarte de verdad una opinión algo más “completa” y, quizás, algo más acertada.

Parece que se nos está perdiendo la humanidad y, al final, todos estamos contribuyendo a que este clima de crispación siga incrementando sin freno. No sé si soy la única que lo siente así, pero se me genera la duda: ¿en qué tipo de sociedad nos estamos convirtiendo? Y, sobre todo, si seguimos así, ¿dónde irá a parar toda esta tensión? ¿No será que terminará explotándonos, a cada uno de nosotros, en la cara?

Solo es una humilde opinión y un muy humilde recordatorio de que con calma, con paciencia y con empatía nuestro día a día, realmente, se vuelve más ameno.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
2 comentarios