El Ayuntamiento de Pollença ha adquirido dos nuevas obras para el Museo de Pollença por un importe total de 75.000 €. Aina Aguiló, coodirectora del Museo de Pollença, ha explicado que “este año hemos conseguido comprar dos obras importantes que nos faltaban y que, además, están muy ligadas entre ellas. Una es de la obra Cala San Vicenç pintada por Antoni Gelabert y la otra es Castell Gris de Santiago Rusiñol”.
Por un lado, se trata de la compra de la obra Castell del Rei o Castell Gris, de Santiago Rusiñol Prats (Manlleu 1861 - Aranjuez 1913) por 65.000€.
La obra Castell del Rei o Castell Gris es una pintura al óleo sobre lienzo de 82 x 102 cm y con un marco de 106 x 126 cm. Pintada en Mallorca en la primavera de 1902, está firmada y dedicada en el ángulo inferior derecho "Al estimado amigo, J. Torrens. S. Rusiñol".
Aguiló ha añadido que “la compra del Rusiñol ha sido una tarea difícil porque el artista solo pintó nueve paisajes de Pollença, seis de los cuales son el Castell del Rei. La mayoría de estas obras estas en museos o fundaciones: el Banco de Sabadell dispone de los dos grandes plafones que estan en el Gran Hotel; el Museo de Mallorca dispone del Castell del Rei de la Fundació Sa Nostra, ahora CaixaBank; el Museo Cau Ferrat de Sitges tiene uno; la Fundación Barceló de Palma también tiene otro y un museo de Córdoba (Argentina) tiene otro. Solo quedaba uno de Castell Gris, que es el que hemos comprado”.
Con esta compra, el Museo pone de relevo la importancia y el compromiso con el paisajismo hecho en Pollença, así como un compromiso con la Escuela Pollencina de Pintura y con todos aquellos que pintaron Pollença antes y después de la llegada de Anglada Camarasa.
Por otro lado, también se ha efectuado la compra de la obra Cala San Vicenç del pintor mallorquín Antoni Gelabert (Palma 1877 - Deyá 1932), pintada en 1902 por el artista en San Vicenç con un precio total de 10.000 €.
Una compra que, para la actual dirección del Museo, “es relevante puesto que creemos que es importante tener una pieza de cada uno de los artistas que situaron Pollença, a principios del siglo XX, en el mundo del arte en general y del paisaje en particular”.
Aina Aguiló ha asegurado que “con estas adquisiciones, el Museo de Pollença ha subido un grado en cuanto a la calidad de su fondo, puesto que nunca se había gastado tanto dinero para adquisiciones” y ha comentado que “coincidimos con el resto de los museos mallorquines al promover la adquisición del patrimonio que se vende fuera y, si puede ser, que no salga de aquí. Tenemos que valorar, atesorar y proteger el patrimonio porque forma parte de nuestro pasado, de nuestra historia, de nuestra cultura, y es la herencia que dejaremos a las generaciones futuras porque lo estimen y se sientan orgullosas”.
Con la compra de estas dos obras se hace tangible el compromiso del Ayuntamiento por uno de los temas más especiales para el museo, como son los paisajes pintados en Pollença por artistas de todo el mundo.
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