Políticos abandonados en albergue para indigentes

Ayer tres políticos fueron escoltados por tres perros policía y abandonados en un albergue para indigentes. El lugar no presenta las mejores condiciones de higiene, está situado en las afueras de Palma por lo cual están alejados de sus seres queridos y al parecer en situación de retención por un tiempo no determinado.

Los perros policía que los han llevado a tal lugar han declarado que después de muchos años de soportar sus mentiras, su falta de honestidad y su cinismo manifiesto se había tomado tal decisión, hasta que se busque alguna solución para su reinserción en la sociedad.

Esta es la noticia que no se va a producir porque lo que ha pasado es esto, tres perros policía entrenados para servirnos a todos, ser ejemplo para los niños, que han venido haciendo su labor durante años han sido abandonados en la perrera Municipal, hasta que alguien los adopte, además con trabas administrativas para esa adopción ya que son tratados como bienes municipales.

Después los responsables de este desastre son lo que se gastan nuestro dinero en hacer campañas, para que los demás no abandonen a sus mascotas o no los maltraten. Como pueden ver el ejemplo que dan es vomitivo y como siempre lejos de rectificar de alguna manera, a estas horas de escribir este artículo mantienen esta medida como normal en estos casos.

La verdad es que en el primer supuesto que les he descrito en donde esos perros dejaban abandonados a esa gente no se producirá nunca, porque estos animales son incapaces de hacer ningún mal a nadie, solo han dado cariño y han sido fieles hasta el final.

Por cierto, no estaría de mal que se nos explicase la clase de vida que han tenido estos perros, porque visto lo visto no tengo claro si la falta de sensibilidad ha sido sólo al final o durante su vida también. En definitiva, siempre he pensado y llevado a la práctica lo siguiente, alejarme y no contar entre mis amigos a sujetos capaces de realizar o amparar este tipo de aberraciones, porque sencillamente no son gente de fiar.