La “oportunidad” de los consumidores de estar en una terraza con el derecho de los ciudadanos a su descanso es una combinación que el Ayuntamiento de Palma intenta resolver. Por ello, y aún tratándose de una capital turística del Mediterráneo, el horario de cierre supone una hora temprana. El alcalde de Palma Mateo Isern sugiere que “los mallorquines nos tendríamos que acostumbrar, si queremos cenar en una terraza, a europeizarnos; es decir, en lugar de ir a cenar a las diez, hacerlo a las 9 ó 9 y cuarto” sabiendo que “no nos podremos poner todos de acuerdo”.
En una entrevista realizada por mallorcadiario.com en el Paseo del Born por deseo del propio Isern – “si hay algo que represente de verdad un cambio en la forma de hacer las cosas en estos dos años, eso es el Born” afirma-, el primer edil del PP se ha mostrado “muy satisfecho” de haber sacado terrazas a la calle “porque creo que ha sido una gran cosa para Palma”. El jurista lo justifica en que “tanto estas terrazas como en otros lugares de la ciudad, como la apertura en domingos, como la capacidad de dinamizar Palma” han supuesto que “Palma dejase de ser una ciudad adormecida a ser una ciudad realmente dinámica”.
Isern elude pronunciarse sobre los nuevos impuestos ‘ecológicos’ que el Govern está a punto de implantar, sin embargo, deja claro que “conozco al señor Bauzá, y compartimos el sentimiento de que cuantos menos impuestos, mejor para todos. Yo siempre lo digo. El dinero donde mejor está es en el bolsillo del ciudadano, y allí es donde produce más” y justifica al president “si el señor Bauzá ha aplicado esta medida será porque no le queda más remedio, pero ideológicamente, yo sé que él está tan alejado como yo de cualquier aumento impositivo”.
A la hora de hablar de las mejoras llevadas a cabo en la ciudad por su equipo de Gobierno, Isern destaca “la mejora en seguridad, en limpieza, en los ruidos, y en el tráfico” y añade que “también se valora nuestra honestidad, nuestra capacidad de luchar contra la corrupción (…) ven que hacemos una política de una forma distinta”. En este sentido, considera que “hay una gran diferencia respecto al resto de instituciones” ya que en Cort no se hace “política de confrontación, ni nosotros ni la oposición”. Destaca por ello el número de iniciativas que se consensúan en los plenos.
Sin embargo, Isern hace hincapié en que “si de verdad me siento especialmente orgulloso de algo en estos dos años, claramente es de haber introducido en el Ajuntament de Palma una nueva forma de administrar” gracias a la incorporación de “los criterios de eficiencia, de eficacia, de rentabilidad y de retorno que se suele aplicar en la empresa privada. Gracias a esto se aprovechan muy bien los recursos económicos. En sólo un año ya puedo asegurar que Palma no gasta más de lo que ingresa y al mismo tiempo ha amortizado 71 millones de euros de deuda”.
Al igual que a Aurelio Vázquez, a Mateo Isern también le provoca sonrojo ver el Palacio de Congresos de Palma, y reconoce que ”lo peor en estos dos años, sin duda, es no haber sido capaces de conseguir desencallar de una forma definitiva el problema”, pero no lo achaca a Cort sino que “el Govern de momento no ha podido traer estos 25 millones de euros necesarios”. Dice que “es una de las grandes prioridades” y que por ello “le dedico mucho tiempo”.
Por lo que se refiere a la peatonización de la calle Blanquerna, Isern admite que han tenido que rectificar debido a “un cambio de opinión de los vecinos” pero que ello no supone “ningún desastre” sino “un signo de inteligencia y de flexibilidad”.
“SERÍA MUY DURO ESTAR EN POLÍTICA Y NO PODER GESTIONAR”
Mateo Isern, quien reconoce que nunca había ejercido la política, -“de mi despacho profesional fui directo a la alcaldía”- afirma no saber aún si continuará en ella en la próxima legislatura. “Lo que sí sé es que no tendría inconveniente en no continuar en la política. Si las circunstancias hacen que esto sea factible, que sea aceptado por una mayoría, que la situación política del momento hace que yo crea en ella, me lo podría pensar” responde.
En caso de tener que ser el jefe de la oposición, Isern asegura que asumiría esta función por “responsabilidad”, aunque reconoce que “dado mi perfil sería muy duro para mí estar en política y no poder gestionar”. Por ello, si tuviera que estar en la oposición, “quedarían muy pocos atractivos para mí en la política”.
También en consonancia, se define “liberal” y con “un perfil más gestor que político” ya que “me interesa más que todo funcione eficientemente que hacer grandes elucubraciones ideológicas que a mí nunca me han interesado demasiado”.
Dentro del PP se siente “perfectamente” aunque “no hago seguidismo. Tengo mi propio criterio pero a veces me tengo que adaptar porque estoy dentro de una organización. Yo sin el PP nunca hubiese sido alcalde. Hay que coger lo bueno y los pequeños inconvenientes. Hay que vivirlo sin ningún trauma”.
FOTOS: JAUME MEDINAS