www.mallorcadiario.com

Política adolescente

jueves 02 de julio de 2015, 15:12h

Escucha la noticia

Decían los líderes podemitas que iban a cambiar la política de arriba abajo, y vaya si lo han hecho. De momento, empero, dan mucha más importancia a la cáscara que a la nuez, como acertadamente recogía el editorial de esta cabecera ayer mismo.

Si ya van a la sesión de apertura del Parlament en bermudas y deportivas, a la playa solo les queda ir en pelota picada, porque, si no, sentirían que andan demasiado compuestos y capitalistamente elegantes, y eso nunca. Para ser un genuino podemita hay que dar la nota, no vale con ser una persona corriente y discreta. Me pregunto qué ropa se ponen para andar por casa. Calzoncillos y camiseta imperio, quizás.

Son como niños. Mucho peor, son realmente niños o, por precisar, adolescentes caprichosos y mutables cuyo lugar en el mundo tienen que reafirmar a base de decir todo lo contrario de lo que los adultos propongan.

Qui se colga amb nins, s'aixeca compixat reza el viejo y sabio refrán mallorquín, que en más de una ocasión habrán rememorado Francina Armengol y Biel Barceló en estas últimas semanas. Qué cruz.

El problema de los adolescentes actuales es que, como nos ha sucedido a todos, comienzan a comportarse 'raro' sobre los 12 o 13 años, pero así como en mi generación a los 25 uno ya podía considerarse un adulto joven, capaz de formar una familia -valga la expresión carca y patriarcal-, tener un trabajo más o menos estable y poder vivir independiente de tus mayores, muchos de los actuales tienen 40 o más y siguen comportándose como púberes, sin responsabilidad alguna, y considerando a los precedentes de su especie imbéciles o pobres diablos sin nada que enseñarles. Eso sí, viviendo en casa de sus padres, que no saben ya que hacer para enseñar a volar a su pollo. No me digan que no han mantenido alguna vez una conversación con un adolescente en la que han tenido la sensación de que el sujeto les perdonaba la vida por haber nacido. Pues eso es lo que pasa con los podemitas. Lo que ocurre es que deberían comenzar a pensar qué quieren ser de mayores. Ya sabemos que no quieren -o eso dicen- ser corruptos, ni patriarcales, ni formales, ni -vade retro, Satanás-, banqueros. Pero, a partir de ahí, de todo lo demás, cada día cambian de opinión. Unos días se confiesan comunistas, otro antisemitas, otro pro-griegos, venezolanos, palestinos o iraníes, otro comprensivos con los etarras encarcelados, otro son fieles aliados, otro son feroces adversarios y águilas vigilantes de la política de izquierdas que los demás tienen que desarrollar porque ellos no se atreven a llevar a cabo. La verdad, no se aclaran. Y casi mejor que así sea.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios