El último barómetro del CIS, para algunos manipulado y para otros un excelente test científico (todo depende del resultado que arroje), revela que el proyecto político de Podemos ha calado. Posiblemente se trate de un voto de castigo a una forma de hacer política o bien el fiel reflejo de una sociedad que quiere un cambio, el que sea, pero un cambio. Sea lo que sea, Podemos se ha convertido en la segunda fuerza política de España en intención de voto y ha arrollado al PSOE para hacerse con la hegemonía de la izquierda nacional.
Hasta ahora, la táctica del descrédito era la única ocurrencia para frenar el previsible ascenso de un proyecto político plagado de lagunas, pero con una enorme fuerza. Visto el imparable auge de los ‘círculos’ de Pablo Iglesias, los partidos tradicionales podrían estar empezando a plantearse otras opciones. ¿Sería posible un pacto anti Podemos? Mariano Rajoy y Pedro Sánchez parecen estar pulsando la opinión con uno contra el terrorismo islámico. Pero el CIS ha hecho pública su última encuesta unos días después y descubre que ni una alianza post-electoral entre ambos podría bastar para tener una mayoría absoluta. Así pues atentos a UPyD, Ciudadanos y tras la última maniobra del IU con Tania Sánchez, no descartemos tampoco a Izquierda Unida.
A pesar del desgaste que significa la acción de gobierno y los casos de corrupción, el PP se mantiene como primera fuerza política del país en intención de voto. Es el PSOE quien se ha llevado el varapalo más duro y el que debe sentirse más amenazado por un Podemos que pretende la hegemonía de la izquierda española. Porque ya ni el voto útil existe.
Estemos o no de acuerdo con los postulados de Podemos (de eso hablaremos otro día), el partido de Pablo Iglesias es una alternativa que merece respeto. A una fuerza emergente como Podemos no se le combate con descrédito, burlas ni con la teoría del miedo. Que si son como Hitler, Mussolini o Stalin, que si estado bolivariano, que si Venezuela, que si amenaza a la democracia, que si … ¡Basta! Quiero escuchar al PP cargando contra Rodrigo Rato o renegando de Ángel Acebes; deseo que el PSOE se avergüence de Chavez y Griñán por los ERE de Andalucía; que Izquierda Unida pida perdón por los golfos que colocó en consejo de Cajamadrid y tenían tarjeta black o a CiU en un ejercicio de constricción pública por los Pujol. Así se neutraliza a Podemos, con acciones que demuestren que las cosas pueden cambiar, pero que para ello no hace falta una revolución. Lo otro es alimentar una fuerza poderosa que va en aumento, que tiene sus fantasmas y que, estén seguros, también es casta.