Podemos estar peor

Que la crisis económica ha dejado a mucho ciudadano descontento, y hasta con serias dificultades económicas, es una obviedad. No es tan obvio que haya tanto descontento por osmosis. Personalmente me sorprendo cada vez que me encuentro a alguien que en estos años no ha perdido ingresos ni derechos, proclamando a los cuatro vientos lo mal que le va todo, lo dura que está siendo la crisis, que lo peor está por llegar y lo sinvergüenzas que son “los políticos”.

De la sorpresa paso al pasmo cuando el individuo en cuestión, que muchas veces es un señor o señora con estudios, bien informado y presunto poseedor de un desarrollado sentido común, afirma que votará al partido Podemos porque confía en que el puñado de profesores universitarios de verbo fácil y un tanto agresivo, de ideas tan trasnochadas y fallidas como las que están llevando a Venezuela al desastre, harán que este país vaya mejor de lo que va.

No se entiende.

Es normal que haya personas con poca cultura económica capaces de tragarse que dos y dos son doce, como proclaman los iglesias, los errejones y los monederos de turno. O como acaba de hacer creer a un tercio de los griegos el señor Tsipras con su milagro de la multiplicación de los euros y la desaparición de la deuda. También hay gente que ve programas de televisión que a mi me provocan sonrojo, qué le vamos a hacer.  Pero por más que nos vendan burras vestidas de unicornio, no hay duda ninguna de que dos y dos son cuatro. Y esto es algo que las personas con formación y sentido común no podemos obviar.

Digámoslo alto y claro: las promesas de Podemos en España, de Syiriza en Grecia, y de los chavistas en Venezuela, son solo eso, promesas. No es posible la cuadratura del círculo y por tanto no se puede desarrollar políticas de expansión del gasto, con la economía paralizada y con una deuda estratosférica sin que ello nos lleve a una situación catastrófica a corto o medio plazo.

¿A qué persona con sentido común se le ocurre que puede dejar de pagarle al banco la hipoteca, aumentar el gasto familiar, irse de vacaciones, hacerle una peineta a hacienda y seguir viviendo sin más?  A nadie. Porque no se puede.

Hasta la fecha, la gestión de nuestros políticos, primero del PSOE y luego del PP ha sido muy mejorable. También son discutibles las políticas aplicadas por la CE y vigiladas por la Troika. Estoy de acuerdo en que ya tocan menos recortes y más incentivar la economía. Ya toca hacerlo, pero hay que hacerlo con cabeza.

Estamos donde estamos y no nos va tan mal como algunos nos quieren hacer creer. Podemos estar mucho peor y los experimentos en economía son peligrosos.  No me harán creer que todos estos jóvenes políticos de nueva generación tienen la fórmula mágica que conseguirá lo que hasta ahora no ha sido posible conseguir. No creo en la magia. Ni en los milagros. ¿Usted si? Debería hacérselo mirar.  La ilusión no paga las facturas.

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