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Plata y BSV

Por José A. García Bustos
sábado 25 de julio de 2020, 03:00h

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Aprovecho mi columna de opinión de los sábados para dar eso mismo, opiniones. Y, como tal, me ampara el derecho constitucional de decir lo que quiera sin transgredir límites que, por mi educación, nunca sobrepasaría. Opiniones que puede compartir o no pero tienen la mejor de las intenciones.

En mi ánimo divulgativo, intento poner a merced de mis lectores, el conocimiento que intento cultivar, a veces con exagerado machaque personal.

En esta sección titulé mi columna como “bitcoin, oro y plata ante la crisis que viene”. Ignoro si alguno de ustedes me hizo caso. No doy recetas, solo opiniones. Si recuerdan, abogaba por dejar los ahorros en valores refugio. Me refería al atractivo de la plata, por encima del oro, porque este último valor llevaba una subida importante en los meses previos a mi anterior artículo. Esta semana, el oro ha alcanzado el precio más alto de su historia. Si hubiera comprado tras la lectura de mi columna de opinión, hoy, tres meses después estaría cosechando 5% de rentabilidad. Eso es un 20% anual.

Pero es que la plata (activo que recomendé con mayor ahínco) llevaba más potencial de recorrido porque era tal el diferencial con el oro que llamaba a la subida. Si hubiera comprado ese día, hoy, tres meses después, su rentabilidad sería del 42%, un 120% anual. Eso es más que doblar la inversión inicial. Pregunte al banco qué rentabilidad ofrece y compare. Y la plata, parece ser que tiene aún mucho recorrido de subida. Ahí queda dicho.

Me preguntan mis allegados cómo se puede comprar oro o plata. Hay páginas web serias que, cual camisas y pantalones, eliges qué pieza comprar y la traen a casa.

Pero además, en su día también dije que creía interesante comprar bitcoins. Con la Iglesia hemos topado. Ese activo digital que poca gente entiende y sobre el que existe tanta desinformación.

Los activos que funcionan como reserva de valor son idóneos ahora que se ha generado dinero ficticio a mansalva para contrarrestar los efectos económicos del virus. Más dinero en circulación implica, de primeras, que el dinero fiat (euro y dólares) que usted y yo tenemos valga menos. Y, en cuanto empiece a moverse en la economía diaria, tras esta fase de incertidumbre, provocará un aumento de precios que reducirá nuestro poder adquisitivo. Por eso, es bueno tener parte de los ahorros en activos refugio.

El otro activo que les propuse es bitcoin. En gran parte de la población, genera sentimientos negativos. Que si es un timo, que no sirve para nada más que para comprar drogas, que mañana puede explotar esa burbuja y puede llegar a valer cero. Hasta 336 veces se ha declarado muerto bitcoin pero no, ahí sigue. El problema es que casi nadie sabe lo que es bitcoin.

Bitcoin no es BTC, ese activo digital que se ha apropiado del nombre y que es controlado por las élites financieras, habiendo capado su capacidad de crecimiento, una característica muy importante si lo que pretende es tener adopción mundial y ser una alternativa al dinero fiat. Ahora mismo, no puede asumir más de 7 operaciones por segundo, algo a años luz de la capacidad, por ejemplo, de VISA. Para crecer se han inventado unos desarrollos fuera de la cadena de bloques que están siendo investigados por la Agencia Tributaria norteamericana porque no cumplen con las leyes sobre blanqueo de dinero y no permite una trazabilidad de las operaciones. BTC elude los requisitos legales y convierte las transacciones en anónimas. Es como si el banco de un traficante de armas, drogas o personas, no diera cuenta de quién es el titular de su cuenta y de donde recibe o envía el dinero. Además, se han dado casos en los que BTC ha cobrado más por comisión que por el valor transferido. No está preparado para los micropagos.

Bitcoin está definido en un documento de su creador y se conoce como BSV (Bitcoin Satoshi Vision). Este es el valor refugio al que me refería en mi columna de opinión del pasado 11 de abril. Es un activo digital que pronto podrá procesar más operaciones por segundo que VISA y Mastercard juntas.

Bitcoin (BSV), en contra de lo que se dice, no va contra los bancos ni contra los gobiernos y deja rastro de todas las operaciones para poder detectar las que son ilegales.

BSV está siendo castigado por personas afines a BTC. Ante la evidencia de la superioridad técnica, atacan a su creador y los sacan de las casas de cambio para reducir su valor transaccional.

Para mí, BSV es un valor refugio porque ofrece más utilidad (es más rápido, más escalable y más barato) que BTC y es cuestión de tiempo que esa mayor utilidad se traduzca en mayor demanda y, por tanto, mayor precio.

Volviendo a mis opiniones, que no recomendaciones, sobre dónde invertir los ahorros: abogo por la plata y BSV, sobre todo por su potencial. El oro siempre será una buena alternativa pero comprar en máximos históricos le resta atractivo aunque creo que seguirá creciendo el precio por la mayor presión de la demanda. Hasta los milennials invierten en él.

Unas recomendaciones, ahora sí, para este verano que le ayudarán a tomar mejores decisiones financieras: “El código del dinero” de Raimon Sansó y “Padre Rico, Padre Pobre” de Robert Kiyosaki. Feliz lectura y feliz verano, en la medida que el bicho nos lo permita.

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