La admisión de usuarios que actualmente no se hallan en el interior de las dependencias exigirá que las residencias de Baleares deban presentar un plan de contingencia para garantizar la seguridad tanto de los internos como de los trabajadores del centro. Así lo prevé la Conselleria de Salut como fruto de una de las propuestas planteadas por el equipo de coordinación sociosanitaria del que, además del departamento encabezado por Patricia Gómez, forman parte también la Conselleria de Servicios Sociales y Deportes, liderada por Fina Santiago, y los consells insulares.
El plan de contingencia deberá recoger de forma exhaustiva, en un documento, diferentes aspectos del funcionamiento de la residencia que, a juicio de las administraciones, resultan vitales para asegurar que existe un escudo protector frente al Covid-19 suficientemente consistente. De esta manera, cada centro tendrá la obligación de hacer constar los recursos humanos y materiales de que dispone, y especificar qué fórmulas se aplicarán para organizar la actividad en zonas diferenciadas, aislando a usuarios positivos y a otros que, aún sin haberse confirmado el contagio, presenten algún tipo de sintomatología asociada al coronavirus. En este mismo grupo, se incorporará a los contactos estrechos de los residentes afectados por la enfermedad. A través de este sistema, tanto el Govern como los consells insulares pretenden que cada usuario se halle ubicado en la zona del centro geriátrico que le corresponda en función de su situación ante el virus.
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Otra de las exigencias ineludibles para que los equipamientos destinados a prestar atención y alojamiento a las personas mayores puedan normalizar su actividad es que se someta a todos los residentes a un estudio valorativo que permita poner a su disposición el recurso sanitario más adecuado en caso de que se produzca algún tipo de descompensación o bien se detecte a ese interno la existencia de una infección por Covid-19.
UNA ATENCIÓN PERSONALIZADA
Esta línea de trabajo parte directamente del objetivo neurálgico de personalizar la asistencia que se brinda a los residentes. Precisamente por este motivo, cada uno de ellos deberá disponer de un plan actualizado de cuidados que contemple todos los servicios esenciales, desde la alimentación e hidratación hasta las curas dermatológicas o la prevención de úlceras por presión, sin dejar de lado aspectos como la movilización y mantenimiento de la postura, la higiene y la vestimenta, el control de diuresis y de las deposiciones, y la estimulación del aprendizaje, entretenimiento y ocio.
En esta ‘nueva normalidad’ que deberá presidir a partir de ahora la gestión de las residencias geriátricas, no faltarán tampoco los cambios relacionados con las visitas de los familiares. La Conselleria de Salut ha anunciado, en este sentido, que los centros contarán con un plan de comunicación orientado específicamente a las familias para que les sea posible mantener un contacto fluido con el interno. Esta misma herramienta de planificación servirá también para que el anciano pueda recibir permanentemente información sobre las personas que conforman su entorno más próximo.
Las directrices de gestión que se incluirán en el plan de contingencia de las residencias deberán garantizar que las visitas se produzcan de forma segura, con todas las medidas que recomienda la administración sanitaria, entre las que no habrán de faltar la higiene de manos, el mantenimiento de la distancia de seguridad y el uso de mascarillas.
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Precisamente para garantizar este correcto protocolo de higiene, las residencias tendrán que habilitar desinfectantes para las manos en puntos estratégicos de las dependencias, y contar con un surtido suficiente de pañuelos de papel y contenedores de residuos con tapa de apertura mediante pedal, ya que de esta manera se evita el contacto directo con el recipiente.
Además de ello, se establecerán circuitos seguros para las visitas y los profesionales, y se pondrá en marcha un protocolo específico de desinfección en las zonas comunes de los usuarios: comedor, gimnasio, salas de ocio y actividades. Eso mismo ocurrirá en los espacios que comparten los empleados, que son, principalmente, los vestuarios y el ‘office’.
RECURSOS HUMANOS Y MATERIALES
Igualmente, el plan de contingencia deberá recoger datos amplios sobre los profesionales que llevan a cabo su labor en la residencia, diversificados por categoría y turnos (sea de mañana, tarde o noche), haciendo mención expresa de la ratio existente entre trabajadores y usuarios.
En este sentido, la dirección de la residencia deberá facilitar que cada trabajador atienda siempre a un número limitado de usuarios para restringir las posibilidades de propagación del virus en caso de que exista un caso positivo en un centro concreto. Otro criterio al que el plan concede gran importancia, en cuanto a la gestión de los recursos humanos, es la constatación de si algunos de los profesionales mantienen también una relación laboral en otros centros sociales, sanitarios o sociosanitarios.
FORMACIÓN AL ALCANCE DE LOS PROFESIONALES
La formación es otro capítulo de singular relevancia en la era post-covid que se impondrá en las residencias, cuyos responsables deberán garantizar el acceso de todos sus empleados al aprendizaje y el dominio de materias y ámbitos directamente asociados a sus tareas cotidianas. Ello requerirá impartir formación sobre todos los aspectos que rodean al Covid-19, especialmente los referentes a su prevención y a sus vías de transmisión, y a las medidas de higiene, protección y limpieza que es necesario adoptar en el caso concreto de los centros geriátricos.
Además, la residencia deberá incorporar al plan de contingencia información acerca de si residentes y trabajadores están al tanto de las acciones que se están tomando para protegerles; si los empleados conocen el documento actualizado de recomendaciones de prevención y protección en centros sociosanitarios y residencias de personas mayores y discapacidad en la comunidad autónoma ante la epidemia, así como el informe de valoración y traslado de los residentes y el circuito de comunicación de casos y contactos.
Respecto a los recursos materiales, las residencias consignarán en el documento del plan de contingencia los stocks de que dispone en el caso de materiales como jabón, soluciones desinfectantes, cubos con pedal, mascarillas quirúrgicas, batas y delantales, guantes y protección ocular, concepto que engloba tanto las gafas como las pantallas--.
Una vez que el equipo de coordinación sociosanitaria reciba toda esta información por parte de los centros geriátricos, con el máximo posible de datos e información, será cuando efectuará la correspondiente valoración en torno a que esa residencia en concreto pueda recibir a sus usuarios.
OBJETIVO: IMPEDIR QUE LAS RESIDENCIAS VUELVAN A SER UN FOCO EXPANSIVO
El objetivo de este plan de contingencia no es otro que preservar la seguridad en el entorno de las residencias, precisamente un tipo de equipamiento severamente castigado por la expansión de la pandemia. En Baleares, la incidencia del Covid-19 en los centros geriátricos ha sido más benévola que en buena parte del resto de comunidades. Sin embargo, esto no quiere decir que el coronavirus haya pasado de largo en las residencias de las islas. Precisamente, este viernes, la Conselleria de Salut comunicó un nuevo caso de coronavirus en una residencia del archipiélago balear, después de trece días en que no se había conformado la detección de ningún otro diagnóstico.
En concreto, la persona afectada es un paciente que dio positivo en la prueba PCR después de haber estado ingresado durante unos días en un centro hospitalario por causas ajenas al coronavirus. A pesar de que la dirección de la residencia ordenó de inmediato la aplicación de las pertinentes medidas de higiene y seguridad, el protocolo marca la realización de pruebas de detección a todos los usuarios y trabajadores que compartían pabellón con el paciente.
El ‘dibujo’ sobre la incidencia del Covid-19 en los equipamientos geriátricos, actualizado este viernes 29 de mayo, establece que en estos momentos hay 45 usuarios con contagio activo, los cuales han sido trasladados, sin ninguna excepción, a diversos centros hospitalarios. Al mismo tiempo, 215 internos han superado la infección y 88 han muerto desde que se inició la crisis sanitaria. En el caso de los trabajadores, el recuento es de 25 profesionales actualmente contagiados y 138 que dieron positivo en su momento pero que ya han recibido el alta médica.
Respecto a las residencias para personas con discapacidad, la buena noticia es que todos los trabajadores adscritos a estos equipamientos se hallan ya curados, sin que se haya sumado ningún nuevo caso este periodo reciente. La estadística refiere un total de 20 procesos de Covid-19 entre los trabajadores y 34 entre los usuarios. De este último contingente, dos pacientes se hallan todavía convalecientes y están recibiendo asistencia hospitalaria.