Seguramente, las piscinas más suntuosas y elegantes del mundo se encuentren en Hollywood, incluida aquella en la que el cadáver de William Holden nos contaba con fina y macabra ironía su triste y desafortunado final al inicio de El crepúsculo de los dioses. Pero posiblemente ni siquiera en la Meca del Cine haya tantas piscinas como las que hay hoy en nuestra tierra, con el consiguiente problema que ello implica a muchos niveles.
En ese contexto, el profesor de Geografía de la UIB Enrique Morán explica a mallorcadiario.com que el constante incremento de piscinas privadas en el conjunto de Baleares representa un factor más de presión sobre los ya limitados recursos hídricos del Archipiélago, en especial por las pérdidas de agua que supone la evaporación y que obligan al continuo relleno de las mismas.
Ya en 2018, la propia UIB presentó los resultados de un trabajo de investigación sobre esta cuestión realizado tres años atrás, que alertaba de la amenaza que suponía la construcción de piscinas al aire libre para las reservas hídricas de las Islas Baleares. Según dicho estudio, en el que participó el profesor Morán, en 2015 la pérdida de agua en las piscinas descubiertas isleñas a causa de la evaporación era de 4.818 millones de litros cada año, lo que equivalía al 4,9 por cien de todo el consumo de agua de las zonas urbanas de la Comunidad.
Según los investigadores que participaron en este proyecto, todas las cifras de consumo de agua se habían incrementado notablemente entre 2006 y 2015 debido a la creciente proliferación de piscinas. Por lo que hacía referencia sólo a Mallorca, el citado estudio calculó que en 2015 se perdieron en nuestra isla 3.278 millones de litros de agua a causa de la evaporación, lo que representaba un incremento de un 32,3 por cien con respecto a 2006.
UN CRECIMIENTO IMPARABLE
Ese mismo trabajo revelaba que el número de piscinas construidas en las cuatro islas había pasado de 46.773 en 2006 a 62.599 en 2015. Asimismo, se especificaba que las piscinas de los hoteles representaban menos del cinco por cien de esas 62.599 piscinas.
A petición de mallorcadiario.com, el profesor Morán ha llevado a cabo una estimación sobre cuáles serían los datos vinculados a las piscinas en este 2024, ya que desde 2018 no se ha realizado ningún nuevo estudio en relación a esta cuestión. Hechos los preceptivos cálculos de actualización, este docente señala que en Baleares habría ahora unas 83.000 piscinas legales al aire libre, de las cuales unas 59.000 se encontrarían en Mallorca.
Por lo que respecta a la evaporación del agua en el conjunto de esas piscinas, con los datos actualizados a 2024 estaríamos hablando de la pérdida de unos 6.400 millones de litros anuales en el conjunto de Baleares y de la pérdida de unos 4.400 millones de litros en Mallorca, "unas cifras que no pueden obviarse a la hora de planificar y gestionar los recursos hídricos de las Islas".
"Lo que no había en 2018 ni tampoco hay ahora es un recuento de las piscinas ilegales, que es algo que en algún momento habría que hacer", concluye el profesor Morán.
LOS DATOS EN PALMA
Por su parte, el anterior presidente de la Federació de Veïns de Palma, Joan Forteza, explica a este digital que en los diez últimos años se habrían aprobado en cada Gerencia de Urbanismo del Ajuntament de Palma una media de cuatro piscinas.
Teniendo en cuenta que dichas reuniones son semanales —salvo en agosto, que no hay—, Forteza calcula que a lo largo de los dos últimos lustros se llegaron a autorizar unas 200 piscinas al año en Ciutat. "Por tanto, estaríamos hablando de más de 2.000 piscinas en una década", afirma.
A esa cifra habría que añadir las piscinas ilegales que también hay en la capital balear. "Según nuestra estimación, por cada dos piscinas legales que han sido autorizadas, paralelamente habría una que es ilegal, es decir, que fue construida sin haber pedido la preceptiva licencia", subraya. Nuestro interlocutor también hace referencia al tamaño más habitual de estos habitáculos: "La media de las piscinas privadas que hay en Palma es de cuatro metros, por ocho metros y por dos metros".
Forteza expresa, paralelamente, su preocupación por el agua que consumen las piscinas. "Hace años estuvimos en una situación de presequía y ahora nos volvemos a encontrar en un contexto muy parecido", advierte. "En su momento, propuse que cuando nos encontrásemos en esas situaciones tan delicadas no se pudieran llenar las piscinas privadas", rememora.
UN ELEVADO CONSUMO
Para justificar el porqué de aquella petición tan concreta, el expresidente de la Federació de Veïns indica que cada piscina emplea 80 metros cúbicos de agua cada vez que se llena, por lo que si se llena dos veces al año, "son 160.000 litros de agua los que utiliza cada piscina". Si esta cifra se multiplica por el número de piscinas que hay hoy en Palma, "la verdad es que asusta el consumo de agua que se produce en nuestra ciudad".
Como es sabido, en mayo de 2021 Forteza fue sustituido por Maribel Alcázar al frente de la Federació de Veïns. En la actualidad, el representante de dicha entidad en la Gerencia de Urbanismo es Francesc Sánchez, quien señala que en las últimas reuniones de dicho departamento a las que ha asistido "se han aprobado tanto piscinas de nueva construcción como piscinas en reformas y legalizaciones".
En estos momentos, "se sigue la misma tendencia de aprobación de unas cuatro piscinas en cada Gerencia". Sánchez añade que, en cambio, no se puede saber el número de piscinas desmontables o ilegales que hay en Ciutat. "Sé que hay municipios en Francia en donde para hacer aflorar posibles piscinas ilegales hacen servir la Inteligencia Artificial a través de fotografías aéreas, pero Francia es Francia y España es España", ironiza, a modo de síntesis.
Desde el Ajuntament de Palma, fuentes oficiales del consistorio confirman que en cada Gerencia de Urbanismo hay una media de entre dos y cuatro solicitudes de licencias para construir piscinas. "Se suelen dar siempre que el terreno, el uso y el solar estén habilitados para construir una piscina", aclaran dichas fuentes.
UN TRABAJO COMPARATIVO
Este digital se ha puesto también en contacto con un antiguo miembro de Terraferida, el geógrafo Mateu Vic, quien nos recuerda que esta entidad ecologista llevó a cabo un trabajo de investigación tomando como referencia fotos aéreas de Mallorca publicadas por el Govern en 2015 y en 2021. De ese modo, se pudo calcular el incremento en el número de piscinas que tuvo lugar durante ese periodo de tiempo en el conjunto de la isla. "Lo que desconocemos es cuántas piscinas había en Mallorca antes de 2015 y cuántas se han construido después de 2021", reconoce.
"Según el recuento que hicimos, el aumento total en esos seis años fue de 5.755 piscinas nuevas como mínimo", especifica, para añadir: "De ellas, 3.682 estaban en suelo urbano y 2.073 estaban en suelo rústico". En ese recuento no estaban incluidas las denominadas piscinas desmontables.
Cabe recordar que la principal diferencia entre las edificaciones e instalaciones —incluidas las piscinas— que se construyen en suelo urbano y las que se levantan en suelo rústico es que las primeras son autorizadas por los consistorios implicados, mientras que las segundas, aun siendo autorizadas igualmente por los ayuntamientos, necesitan contar con el preceptivo beneplácito de los respectivos consells insulares.
En el caso concreto de Mallorca, fuentes oficiales de la institución insular han dado a conocer a este digital que en las dos anteriores legislaturas, es decir, entre 2015 y 2023, el Consell autorizó 3.137 nuevas viviendas en suelo rústico. A partir de ese dato, se calcula que más del 80 por cien de esas nuevas casas cuentan también hoy con una piscina.
UNA NUEVA NORMATIVA
Un hecho a destacar es que los técnicos de la institución insular detectaron un pequeño repunte de las solicitudes para construir en suelo rústico a partir de 2018, a raíz del debate que se inició entonces acerca de la posibilidad de que fueran aprobadas nuevas normativas que limitarían las edificaciones en suelo rústico. En aquel momento, el presidente del Consell era Miquel Ensenyat, de Més per Mallorca.
Con posterioridad, dos años después, hubo un segundo repunte de solicitudes, motivado por la aprobación por parte del Govern del Decreto ley 9/2020, de 25 de mayo, de medidas urgentes de protección del territorio de las Islas Baleares, que, entre otras medidas, reducía la superficie máxima que se puede construir en cada parcela en suelo rústico y limitaba la lámina de espejo de agua de las nuevas piscinas a 35 metros cuadrados. El citado decreto ley fue aprobado por el Ejecutivo que presidía la socialista Francina Armengol, con la socialista Catalina Cladera como presidenta del Consell.
Tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023, el Govern pasó a estar presidido por la popular Marga Prohens y el Consell de Mallorca por el popular Llorenç Galmés, que aun no coincidiendo con todas las políticas medioambientales implantadas en los ocho años anteriores por el Pacte en ambas instituciones, han expresado de manera reiterada su preocupación por la posible pérdida de determinados recursos naturales en la Comunidad.
En cualquier caso, todo parece apuntar a que a corto y medio plazo los amantes de las piscinas podrán seguir disfrutando con tranquilidad de las que ya hay actualmente en Mallorca, aunque no sean tan vez tan suntuosas y elegantes como las de Escuela de sirenas, El graduado, El gran Gatsby o El crepúsculo de los dioses.