Desde el primer día estos últimos dos meses han sido un ir y venir de cambios constantes, informaciones confusas y contradicciones que al final se han traducido en un montón de mentiras.
Para no andarme con rodeos, no sería fiel a mi estilo. Presidente miente usted más que habla y hablar, habla. Me atrevo a decir que hasta el aburrimiento del personal que le escucha, yo hace ya semanas que deje de desperdiciar mi tiempo. Y no quiera escudarse en mentiras oficiosas o piadosas, lo suyo son patrañas.
Hemos tenido bailes de máscaras que sólo escondían la incapacidad de este gobierno para conseguir dicho material.
Hemos tenido bailes de cifras de fallecidos como si habláramos de caramelos, los han hecho desaparecer de manera más fulminante que el propio virus, rebajando considerablemente los números.
Hemos tenido baile de horarios, de aforos, de votos, de fakes, de millones de euros, aunque seguro hubiéramos preferido todos asistir a otros tipos de danza.
Ha conseguido usted crispar el ambiente, pero está de suerte ya que no todos los españoles nos uniremos a las propuestas callejeras aunque compartamos los motivos por los que se manifiestan, de lo contrario no encontraría efectivos suficientes para contener un pueblo dolido ante un líder incapaz de gestionar ni la más banal de las decisiones sin mentir.
Ya que usted es tan partidario de cambiar la historia y el pasado, a partir de ahora le podremos dedicar una fecha señalada en nuestro calendario, el 23 de febrero, día en el que se celebra el Día de Pinocho.
Si en algún momento se le ha pasado por la cabeza conseguir la inmunidad del rebaño ante esta pandemia, ha conseguido el cabreo de la manada, aunque Tezanos diga lo contrario, pero tal vez…..no lo he entendido bien!