Damas y caballeros, como reza el título, esta semana la presente columna de opinión va de personajes, personajos, personajas y demás fauna. No están todos, desde luego. Ahí van algunos.
La personaja de la semana —se ofendería si la llamo personaje— es Irene Montero. La portavoz podemita en el Congreso ha soltado un «portavoces y portavozas» y ha justificado la barrabasada argumentando que «hay que desdoblar el lenguaje» porque la «RAE no es el un ejemplo de lucha por la igualdad». Dice Montero que, aunque suene raro, hay que adoptar un lenguaje «inclusivo». Me cago en la leche que he mamado. Desde crio con las cartillas de leer, los cuadernillos Rubio, los dictados y los análisis sintácticos para que una tipa se cargue siglos de Historia, del Cantar del Mío Cid a Delibes, con la tontería es del desdoblamiento. Joder, que hablamos de un idioma, no de una carretera. Madre mía, como esto nos gobierne. Irene, voz es palabra de género femenino y aunque su plural sea voces, sigue siéndolo. Un portavoz o una portavoza es aquel o aquella que porta la voz, no el voz. Lo explico así, clarito y desdoblado, porque en todos lados hay gilipollas y gilipollos y no quiero que nadie se quede sin comprenderlo.
El personajo de la semana —este es varón— es un tal Miquel Said Barceló. Tengo entendido que es el mandamás de Joves de Mallorca per la Llengua. Nada que decir al respecto, es lo único que sé de él. No tengo ni idea de qué hace en la vida porque no ha trascendido, por lo que no opinaré sobre quién es o qué hace. Eso sí, me voy a poner en plan Coco Chanel. He repetido en numerosas que no se puede juzgar a nadie por su forma de vestir. Lo que no entiendo es porque nuestro amigo Miquel Said se planta en el Parlamento a tomar posesión de su cargo como nuevo miembro del Consejo Asesor de Contenidos y de Programación del Ente Público de Radiotelevisión de Baleares IB3 como si fuera, no sé, no sé decir adónde podría ir vestido así. Vale que eres muy indepe y que eres coleguilla de Més que son los que te han colocado ahí, pero, hostias, no se puede ir a jurar un cargo a la mesa del Parlamento hecho un aberroncho, con una chaqueta de chándal y un pantalón que cuando amplías la imagen se le ven los lamparones. Igual eres un coco, eso no lo niego. Pero adecéntate un poco, muestra un mínimo de respeto por el Parlamento que es la casa de todos los ciudadanos que votan. Una camisa y un tejano bastan, no necesitas nada más. Como le dijo el maitre alemán a Nick Rivers en Top Secret: «mucho me temo que para entrar necesitará uno chaqueto y uno corbato». Miquel, o Said, no sé cómo prefieres que te llame, si vas así por la calle no te dan a dar un trabajo en la puta vida. Que te presentas de esa guisa en una entrevista de trabajo y duras treinta segundos. Si no han visto las fotografías del consejero, les diré que a su lado Balti Picornell parece un dandy de Emidio Tucci sacado de un anuncio de la temporada otoño-invierno de el Corte Inglés. Aquí el problema es que los jóvenes están muy mal enseñados, que ven a Pablo Iglesias hecho un gañán todo el día y luego de repente aparece disfrazado con un esmoquin en los premios Goya, que ahí todo el mundo es muy rojillo, pero se cascan encima unos modelitos de alta costura acojonantes.
Y ya que estamos, vamos con más personajes. Lo de los Goya es muy grande. Van de Locomía con los abanicos rojos y ellas divinas de la muerte, enseñando muslo y pechuga, a ver quién lleva el traje más corto y más caro. Pero, claro, eso no cosifica a la mujer. La Pedroche da las campanas de Nochevieja en pelotas tapándose los nipples y la cotorrina y tampoco es cosificación. Luego el SATSE, el sindicato de enfermería, pide que no se vendan disfraces de enfermera putilla para carnaval porque resulta ofensivo. Y ya de paso nos cargamos a las azafatas de la Fórmula 1 porque eso de ganarse la vida siendo guapa es machismo. Ahora va a resultar que para ser mujer tienes que dejarte las piernas como el yeti y cortarte el pelo a machetazos. Cada, mujer será lo que quiera ser en la forma en que le venga en gana. Anda ya, iros a cagar, largaos a la Teherán a explicarle la milonga a un ayatola a ver si os toca la pirola, como cantaban Siniestro Total.
Otro personaje —entrañable, eso sí— es nuestro alcalde de Palma Toni Noguera, un tipo capaz de ciscarse en España y de hablar español sin reparo. Impactante es el video que han distribuido desde Cort en el que Noguera felicita el año nuevo chino. Sin ironía: me parece fenomenal que el primer edil felicite a los chinos que viven con nosotros y el video tiene su gracia. Lo que me choca es que el alcalde que no habla español ni patrás les suelte el discurso en español. ¿Qué pasa, que a un chinorri le puedes hablar en español y a un español no? ¿Acaso los chinos tienen bula papal, no tienen que aprender mallorquín? Patinazo.
El repaso a los personajes de la semana nos lleva a Galicia. Los picoletos de Vigo se han quedado ojipldáticos cuando un figura de 42 años casi les revienta el coche patrulla con su aliento politoxicómano. El elemento ha dado positivo al volante de todas las sustancias posibles: cocaína, opiáceos, anfetamina, metanfetamina, y cannabis. Nada, que un mal día lo tiene cualquiera. Me recuerda la historia que hace años me contó un agente de la Benemérita y que aconteció en una carretera secundaria de Mallorca. Acudieron de madrugada después de que un vecino denunciara que, alertado por un gran estruendo, había encontrado un coche aplastado contra la pared de piedra de la entrada de su casa. A unos centenares de metros encontraron a un hombre ensangrentado que deambulaba más ido que venido con un colocón nivel Jim Morrison. Al agente lo citaron de testigo en el juicio. También declaró el médico que atendió al accidentado. Cuando el juez le preguntó al facultativo si era posible que el hombre hubiera conducido el vehículo al estar tan intoxicado, le contestó: «no puedo contestarle a eso, este hombre tenía unos niveles de alcohol y drogas en el cuerpo que no sólo es que dudo de que pudiera conducir, es que debería estar muerto. No tengo una explicación científica par el hecho de que esté vivo».
La historia nos conduce a los últimos personajillos, los podemitas del Ayuntamiento de Zaragoza y sus colegas que han editado un folleto —se supone que informativo— sobre el uso y consumo de drogas. Es lo que pasa, que vas de guays y acabas haciendo apología de los gusanitos blancos al compararlos con el paracetamol. Una cosa es informar y otra un manual de cómo chutarte las neuronas. Modernez rima con gilipollez.
Los que sí son unos personajes, grandes, muy grandes, en el buen sentido de la palabra son los Simple Minds. Siempre me agradaron, aunque nunca fueron una de mis bandas de cabecera. Acaban de publicar un disco titulado Walk between worlds que me ha dejado patidifuso. Me dan ganas de largarles una crónica musical loando su trabajo. Pero esa es otra historia…