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Permisos climáticos

Por José A. García Bustos
sábado 30 de noviembre de 2024, 12:26h

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La imagen del gobierno ha caído en picado tras los presuntos escándalos de corrupción destapados por la UCO (Unidad Central Operativa), órgano dependiente de la Guardia Civil encargado de la investigación y persecución de las formas más graves de delincuencia y crimen organizado. Pero la puntilla la ha dado la nefasta gestión de la catástrofe de Valencia.

Comprueben cómo están los ánimos en los comentarios de la cuenta oficial del Presidente en X (Twitter). Da igual lo que anuncie, sea bueno o neutro, el 99% de los comentarios son de hartazgo y rechazo.

Nadie se cree lo que anuncia. Le echan en cara la inoperancia mostrada en Valencia. Si consideran que X (Twitter) es un termómetro, el presidente está en la UCI.

En un intento de lavar la cara, el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Trabajo, ha anunciado esta semana un Real Decreto-ley mediante el cual los trabajadores dispondrán de permisos remunerados de hasta cuatro días por imposibilidad de acceder al centro de trabajo o transitar por las vías de circulación necesarias para acceder al mismo.

Detrás de esta medida, se encuentra no solo el intento de lavar la cara por la tardía gestión de la crisis de Valencia, sino la normalización de un plan perfectamente hilvanado: el de culpar al hombre de los fenómenos meteorológicos.

Este permiso retribuido se asimila a los indicados en el artículo 37 del Estatuto de los Trabajadores: matrimonio (15 días con derecho a remuneración), accidente o enfermedad grave (5 días), fallecimiento del cónyuge (2 días o 4 días en caso de que requiera desplazamiento), traslado de domicilio habitual (1 día), etc.

Con la inclusión del término climático en el Estatuto de los Trabajadores, una norma de rango superior, habrán dado un paso de gigante en su batalla ideológica.

Recordemos que el gobierno (tanto el autonómico como el central) tiene muchas responsabilidades en esta catástrofe. No limpiaron los cauces de los ríos, destruyeron azudes y presas, tardaron en dar el aviso una vez llegaron las lluvias, no decretaron el estado de alarma y tardaron días en enviar a los militares de la UME. Recordemos que en el terremoto de Marruecos no tardaron ni 24 horas en enviar dotaciones o que los bomberos franceses llegaron antes a Valencia que los españoles o denegaron ayuda ofrecida por otros países.

Son maestros en la manipulación psicológica de las masas y este permiso retribuido ha venido en un momento determinado, en el que, desde más arriba, interesa colocar una Agenda.

Es importante el cuándo se hace un anuncio, pero también el cómo.

La presidenta de la Comisión Europea, ÚIrsula Von der Leyen, no tardó nada en acusar al cambio climático de lo ocurrido en Valencia, al igual que el presidente Sánchez. Tanto el presidente como la ministra Yolanda Díaz, tienen su argumentario bien aprendido y para justificar este permiso retribuido afirman que, a pesar de que las “derechas” niegan el cambio climático o, a pesar de que existan “negacionistas del cambio climático”, deben tomar medidas.

Es cierto que existe el cambio climático. Existe desde que el planeta existe, pero la hay una gran falta de consenso entre científicos de que sea por culpa del hombre.

Pronto les impondrán que tienen que ir bicicleta al trabajo, que necesitarán permisos para desplazarse más allá de un radio en el que se llega en transporte público en 15 minutos, o que tienen que quedarse en casa sin salir para no emitir CO2. Ríanse del confinamiento de 2020. El “problema” del clima no es puntual como el virus de aquel año sino eterno. Nos pusieron a prueba y cumplimos con nota. Incluso aplaudimos.

La del permiso climático es una hábil medida porque nadie se va a oponer a cobrar por no poder a trabajar, pero después de los derechos vendrán las obligaciones motivadas por el cambio climático que usted y yo hemos causado.

En breve aparecerán los confinamientos climáticos, los castigos por comportamientos anticlimáticos, o las prohibiciones y penalizaciones por realizar acciones no amigables con el clima. Tras el Estatuto de los Trabajadores se modificará el código Penal.

De nada servirá que un premio Nobel en 2022 como John Clauser haya firmado un Manifiesto junto a 1.600 científicos hayan negado la emergencia climática o de que el fundador de Greenpeace afirme que el CO2 es el alimento del planeta.

El presidente Sánchez, fiel a sus principios, sigue una Agenda y aplica el mismo criterio que en la gestión de las riadas en Valencia: Si necesitan cobrar por no haber podido ir al trabajo a causa de las lluvias: Que la pidan.

Si no pueden ir por culpa de un volcán o un terremoto, como en La Palma o Lorca, aguántense. Culpar al hombre de eso, para posteriormente pedirle responsabilidades y tenerlo sometido, es difícil, pero no descarten que en un futuro encuentren el vínculo causal. Con el clima lo tienen casi hecho.

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