El líder de Ciutadans en Balears, Xavier Pericay, muestra su sorpresa por la expulsión de Xelo Huertas y Montserrat Seijas de Podem. "Lo que se ha juzgado son intenciones, no hechos", explica a mallorcadiario.com el portavoz de la formación en el Parlament. Considera que el de Albert Jarabo "es un grupo inestable, que no es de fiar y que no cree en las instituciones, sino en otro tipo de política".
¿Ciutadans votará por Nuria Riera o por Baltasar Picornell para la presidencia del Parlament?
Ni por Nuria Riera ni por Baltasar Picornell. No votaremos a favor de ningún candidato, ya que no hemos podido participar de ningún tipo de negociación ni tenemos presencia en la Mesa, por lo que dejaremos en blanco la papeleta en el caso de los dos. Nos parece bien que el Partit Popular presente una candidata como estrategia para evidenciar que han pasado 14 días sin que el Pacte acordara un candidato.
¿Cómo ha sido el trato que ha mantenido su grupo parlamentario con Baltasar Picornell?
Coincidí con él en la ponencia por la reforma de la ley de protección animal, que fue aplazada por falta de acuerdo por el 'correbou' de Fornalutx y la prohibición de la tauromaquia. Los partidos del Pacte no se habían puesto de acuerdo sobre qué hacer y, dejaron la ponencia en suspenso. El representante de Podem era Baltasar Picornell, que es conocido como un activista antitaurino y el trato con él fue normal, como con cualquier otro diputado.
Lo he comentado en numerosas ocasiones: yo no tengo nada contra ninguno de los diputados de Podem desde el punto de visto personal, pero si tengo algo contra Podem porque es un grupo inestable, que no es de fiar y que no cree en las instituciones, sino en otro tipo de política. Creo que el reconocimiento del papel de la política institucional es fundamental. Le pongo un ejemplo. Ellos son amantes de la 'democracia directa' y serían partidarios de que una institución como el Parlament funcionara como lo hacen ellos como partido o como lo hacen ciertos movimientos callejeros. Esto sería como pedirle al periodismo que desapareciera en su labor de mediación. Es decir, que las noticias nos llegaran directamente de los interesados y que la sociedad tuviera que procesarlas como pudiera. Con la política pasa algo parecido. La democracia representativa tiene la virtud de que determinadas personas que están integradas en unas instituciones como un Parlamento elaboren leyes y tengan una capacidad legislativa que no está al margen del marco legal del país. Los populistas acostumbran a olvidarlo. Creen que cualquier cosa que decida la gente unilateralmente al margen de la ley es válido simplemente porque lo decide la gente. Las verdaderas democracias funcionan porque existe un marco legal y constitucional que es el que permite la democracia y no al revés.
Lo que me preocupa de Podem es que no cree en las instituciones, las ridiculiza. Basta ver lo que hace en el Congreso de los Diputados: una diputada de Podemos da el pecho a un niño, dos diputados se besan, se sientan en el suelo... Es una falta de respeto a la institución, por lo que me resulta preocupante que la presidencia del Parlament esté en manos de un diputado de Podem y que el Govern de les Illes Balears esté en manos de Podem.
¿Ciutadans hubiera expulsado del partido a Xelo Huertas y Montserrat Seijas por los mismos motivos que lo hizo Podem?
No puedo contestar a esa pregunta. Como Podem, Ciutadans tiene unos estatutos y un Comité de Garantias que se encarga de proceder ante un conflicto como este.
"Me resulta muy sorprendente que se expulse a dos diputadas por unas intenciones"
Lo que me sorprende de este asunto es que se han jugzado intenciones, no hechos. Pero me resulta aún más sorprendente que el candidato a presidir el Parlament -Picornell- hizo exactamente el mismo comentario que las dos diputadas expulsadas -Huertas y Seijas- en la conversación de chat de Telegram que trascendió a la prensa sobre la aprobación de los presupuestos respecto a las ayudas que recibía Daniel Bachiller para investigación.
Insisto en que me resulta muy sorprendente que se expulse a dos diputadas por unas intenciones, lo que es rizar el rizo de la intencionalidad, y que al tercer diputado que comentó lo mismo no solo no se le expulse sino que el secretario general, Albert Jarabo, le promueva para presidir la Cámara. Entonces, ¿qué ha ocurrido? Una de dos: o a Huertas y a Seijas no se les expulsa por este motivo sino por otros asuntos o bién sí se les expulsa por lo que dijeron y hay un trato distinto con un diputado al que por alguna razón se le considera más maleable y al que no se le penaliza del mismo modo.
¿La crisis por la presidencia del Parlament ha generado inestabilidad en el Pacte?
Es evidente que sí, porque ha condicionado una determinadas políticas y proyectos parlamentarios que estaban en los Acord pel canvi y se han paralizado. Ellos son los primeros que reconocen que este asunto les ha afectado. Más allá de los hechos, hay un aspecto preocupante. La ciudadanía está harta de que el Parlament sea un circo y de que el Govern esté pactando con una fuerza política que es la que genera este circo. Es verdad que la inestabilidad está generada por Podem pero la presidenta Armengol no tenía ninguna obligación de pactar con ellos. Ella dice que sí, que no había otra alianza parlamentaria posible que un Pacto de izquierdas y nacionalista. El discurso de Armengol es anti PP por lo que entiendo que rechace nuestra petición de buscar un acuerdo con el Partit Popular. Esta es una posibilidad de obtener otra mayoría parlamentaria, aunque difícilmente sería la presidenta porque el PP tiene 20 diputados y el PSIB, 14. En todo caso, no puede decirnos que no hay otras alternativas. Alcanzando acuerdos puntuales para obtener la abstención del PP en determinadas políticas podría romper con Podem y seguir gobernando en minoría con Més.
Cualquier fórmula que aleje al Govern de la radicalidad en el que está instalado, que le viene en gran medida por la presencia de Podem, que le centre y le haga el sentido de la realidad, el sentido común, tendrá el apoyo de Ciutadans. Nosotros, con dos diputados, no somos decisivos en ninguna combinación. De todas formas, podemos ayudar con la suma de otros para dar nuestro apoyo en cuestiones puntuales. Un partido como el PI también se ha ofrecido a esta alternativa. Todo dependen de la voluntad de la presidenta, a pesar de que le resulte difícil, porque tiene una silla que depende de Podem. Estoy seguro de que el PP estaría de acuerdo en una operación de este tipo. Cada vez que se lo he dicho a Armengol, ella ha hecho como si sentís ploure. Ni siquiera me ha contestado.
Nos quedan dos años de legislatura y esto no ha terminado, nos encontraremos con otras crisis parecidas.
Albert Rivera dijo el pasado fin de semana que la Asamblea General de Ciudadanos les ha servido para hacerse más fuertes, poner rumbo a 2019 y gobernar. ¿Ese es también su objetivo en Balears?
Tengo el convencimiento de que en la próxima legislatura en Balears ya no formaremos parte del grupo mixto, sino que contaremos con un grupo parlamentario propio. Llegamos muy justos a la última cita electoral, ya que no pudimos presentarnos ni en Eivissa ni en Menorca. El pasado verano, una encuesta nos daba 6 diputados: 4 por Mallorca, uno por Eivissa y otro por Menorca.
Espero que en 2019 tengamos un grupo suficientemente importante para lo que pretende Ciutadans, que es empezar a gobernar y formar parte de los gobiernos no solo de Balears sino de todos los ayuntamientos y parlamentos autonómicos de toda España.
¿Qué supone que el ideario de Ciudadanos haya introducido los términos ‘progresista’ y ‘liberal’ en lugar de ‘socialdemócrata’ y se haya sustituido el adjetivo ‘laico’ por ‘aconfesional’?
La cuestión religiosa es una adaptación al Estado de derecho en el que nos encontramos, que no es laico. España en su Constitución se define como un Estado aconfesional, no laico, por lo que hemos adaptado ese punto.
Por otro lado, nosotros no nos definíamos como socialdemócratas, nunca lo hemos hecho. Lo que decía el ideario de 2007, cuando se fundó el partido, es que proveníamos de una tradición liberal y socialdemócrata. Esas dos corrientes definen la voluntad centrista del partido.
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En ocasiones se nos ha encasillado en la izquierda porque algunos decían que Ciutadans en Catalunya quería representar a aquel sector de la sociedad que no representaba el PSC porque se había vuelto nacionalista. Eso en parte es verdad y en parte es falso. El manifiesto que firmamos en 2005 dijimos muy claro que no había ningún partido, ni el PSC ni el PPC, que defendiera lo que nosotros creíamos que había que defender en aquel momento. Por un lado, plantar cara a un nacionalismo transversal, y, por otro, acabar con la corrupción en Catalunya que ya en aquel momento era detectable. Eso requería de una política de regeneración democrática que urgía tanto en Catalunya como en el resto de España.
En 2007 se introdujeron en el ideario esos dos conceptos, pero en nuestro último congreso consideramos que el partido tenía que posicionarse de un modo claro en el centro político como una formación liberal progresista, sin renunciar a esos orígenes de los que hablábamos.
Para empezar, la socialdemocracia no está en su momento más boyante en Europa y esta ideología ya la asumen los partidos socialistas. Muchos todavía funcionan con los ejes izquierda-derecha. El debate ya no es ese. En este momento el debate está entre el liberalismo y el populismo y nacionalismo: una sociedad abierta, liberal en lo económica, que apuesta por el valor del individuo como ciudadano. El progresismo representa que estamos a favor de los ciudadanos, del reparto de la riqueza. Son unos valores que provienen de la socialdemocracia, sin duda. A diferencia de los socialistas, Ciudadanos cree que los impuestos deben ser lo más bajos posible, sin que dejen de existir, y que apuesta por el emprendimiento, el autónomo y el trabajador. En definitiva, apostamos por la generación de riqueza, lo que nos permitirá asegurar las pensiones, la sanidad y la educación que son el Estado del bienestar.
No creemos en un Estado que sea una 'repartidora', como en el caso de la famosa renta social que plantea Podemos en el Congreso. No creemos que el ciudadano tenga derecho a recibir una renta social garantizada por el simple hecho de existir. Hay que ayudar al que lo pasa mal, por supuesto, pero sobretodo hay que procurar por todos los medios integrar a esa persona en el entorno laboral y en la sociedad. No tiene sentido empezar a dar subsidios, al ciudadano hay que darle oportunidades y ayudarle. Por eso nosotros planteamos un complemento salarial para que, en función de sus características, su situación familiar o de si tiene menores o personas dependientes a su cargo, a final de año pueda recibir este complemento salarial en función de sus ingresos.
También promovemos la llamada 'mochila austriaca', un dinero que el ciudadano va acumulando gracias a las rentas obtenidas por el trabajo y que puede utilizar en una situación de desempleo o como complemento a las pensiones. Son fórmulas de vincular el trabajo a las ayudas sociales. No creemos en el subsidio a cambio de nada, lo que nos distingue de la socialdemocracia, tanto del PSOE como de Podemos.