Cansancio y resignación. Estas palabras resumen el sentir de una gran parte de los vecinos de Pere Garau. "¿Como definiríamos al barrio en estos momentos? Como un gran centro comercial de la prostitución, la droga, el alcohol, los juegos y la okupación", aseguran los vecinos. "Sólo la llegada de inversores con las obras del nuevo eje de Nuredduna podrá salvar y revitalizar una zona masificada, con nulas infaestructuras y con un solo centro de salud para los más de 25.000 habitantes censados, a lo que hay que sumar otros miles de ilegales", señalan.
En la barriada palmesana de Pere Garau no hay término medio. O se tiene de todo o se carece de los más básico. Pep, Raquel y Joaquín, de la Asociación de Veïns y Veïnes de Pere Garau reconocen a mallorcadiario.com estar un poco cansados de luchar "aunque seguiremos luchando por el barrio porque somos de aquí y lo queremos".
Colindan con Son Gotleu y la Soledat, otros dos barrios muy conflictivos, aunque de un tiempo a esta parte tan solo se habla de Pere Garau como barrio problemático. Joaquín lamenta que al buscar en Google, la mayoría de las noticias sobre la barriada sean negativas: "Nos guste o no, Pere Garau se ha convertido en un gran centro comercial de la prostitución, la droga, el alcohol, los juegos y la okupación de viviendas". Para corroborar esta afirmación, Raquel acerca a este digital al núcleo de la okupación de viviendas en la barriada: "La mayoría de los okupas y los delincuentes están en una zona que tienen como epicentro las calles Joan Bauza, Lluis Marti, Joan Mestre y la calle Beatriu de Pinós. A mí me han amenazado y la verdad es que no soy una persona que tenga miedo, pero ahora voy con mucho cuidado".
Pep añade su versión a las palabras de Raquel: "Esto está lleno de okupas. La mayoría de las okupaciones son ilegales y lo hacen para delinquir, no por necesidad. Estamos al lado de Son Gotleu, pero todo el mundo habla de Pere Garau porque la delincuencia llama a la delincuencia".
¿Porqué ha llegado Pere Garau a esta situación? Joaquín tiene claro que el barrio vive su propio 'via crucis', sobre todo "a causa de la falta de infraestructuras y que, al contrario que en otros barrios, por mucho que digan algunos, no es un barrio multicultural; evidentemente, es una barriada que acoge a muchas culturas diferentes, pero la mayoría no se integran, salvo la comunidad china. Le hemos pedido al Ayuntamiento de Palma que fomente una verdadera integración pero, de momento, nada de nada. A todo esto hay que sumar que cuando un pequeño comercio cierra, es sustituido por un badulaque o un locutorio, empeorando la situación si cabe aún más".
EJE CÍVICO DE NUREDDUNA
La inmigración ilegal, la okupación y la delincuencia no son los únicos "peros" que tienen que soportar los vecinos: "La falta de infraestructuras es clamorosa. No se puede entender que un barrio tan poblado como éste con un censo de más de 25.000 personas a lo que hay que sumar otros miles sin censar, no tenga ni un centro de salud en condiciones", afirma Joaquím que avanza que "el futuro Plan General contempla cambio de usos en el Metropolitan, que pasará a ser una zona polivalente, la esquina de Lluís Martí con Patronat Obraro también pasará a tener un uso polivalente y finalmente otro espacio que se destinará a alojamiento dotacional. Todo esto no es suficiente, ni mucho menos".
La realidad ahora mismo es que, según confiesa Raquel "no tenemos zonas verdes y solo nos queda ir al parque Wifi, que ahora está cerrado, un Casal de Barri que nadie conoce que existe, una futura bibilioteca que no sabemos cuando abrirá y un centro de salud para más de 20.000 vecinos censados y otros tantos ilegales".
El eje cívico de Nuredunna está levantando ríos de tinta, unos a favor y otros en contra. Pep, en nombre de la asociación, rechaza la postura del colectivo Flipau amb Pere Garau en relación con el futuro eje: "Ellos dicen que este eje provocará la gentrificación del barrio y que mucha gente se vaya de la zona. Esto no es así, ni mucho menos. La realidad es que los vecinos se van del barrio no por la gentrificación, sino porque aquí no se puede vivir debido a la gran cantidad de problemas que tenemos. Y ya no hablamos de la falta de limpieza o de la inseguridad ciudadana", señala.
"Estamos a favor del eje de Nuredduna -continúa este vecino-, ya que se convertirá en un espacio donde los niños podrán jugar y habrá menos contaminación. Nos agarramos a un clavo ardiendo a ver si la inversión privada logra atraer a otro tipo de gente, mejores tiendas, restaurantes y que sea una zona más viva. O se hace esto o iremos a peor; repito, el problema no es la gentrificación".
Raquel resume el sentimiento de sus compañeros al apuntar que "estamos cansados y en ocasiones se te quitan las ganas de luchar pero, por otra parte, me gusta el barrio, yo tengo a mis padres y no me iría porque lucho por el barrio. Queremos que se visibilice el barrio. La sensación que tenemos es que ha llegado mucha gente para delinquir, existe un gran abandono por parte de las instituciones y la única cultura que se integra es la china. Hablamos con los vecinos y la sensación es de cansancio. Aquí dicen que la gente se va porque ha subido el alquiler y no es así; se va por la inseguridad ciudadana y por la situacion insostenible existente".
A estos vecinos, además de reivindicar mejoras, pocas cosas les queda por hacer salvo manifestarse para dar visibilidad a los problemas: "El próximo 22 de mayo saldremos a la calle para pedir más limpieza, seguridad, un centro de salud y mayores infraestructuras", concluyen.
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