Navarra, campeona pandémica nacional en estos momentos, está con una incidencia acumulada a 14 días en torno a 6.000 infectados por cada 100.000 habitantes. Es decir, está infectado el 6% de la población. Y ésta es la cifra oficial; se pueden imaginar que muchísimos contagiados leves o asintomáticos pasan desapercibidos. Podemos aventurar que fácilmente el 10% de la población podría estar infectada al mismo tiempo. Una barbaridad difícil de superar ni aun proponiéndoselo.
Y, sin embargo, la situación en los hospitales no es desesperada. Lo que sí se satura es la atención primaria. ¿Por qué? Fundamentalmente por dos motivos: por un lado, por la gente que desea comprobar si está contagiada; por otro, por la cuarentena de parte del personal sanitario, muchos incluso sin síntomas. Ambos motivos los hemos provocado nosotros mismos.
La epidemia, además, podría comenzar a remitir. Antonio Zapatero, viceconsejero de Salud de Madrid, anuncia que es posible que hayamos alcanzado el pico de esta sexta ola. Confirma, además, que los ingresados tienen ahora un perfil diferente: el 50% NO tienen neumonía, y que, según una publicación de JAMA, la mortalidad de los pacientes COVID hospitalizados en Sudáfrica durante la ola de Ómicron (en ese momento con un 44% de población vacunada y más de un 50% de la población previamente expuesta a SARS-CoV-2) fue 10 veces menor que por Delta. Todo confirma que es menos letal que una gripe, como ya es notorio.
Encima, más vale tarde, reconoce que “como señala el Dr Fauci, un porcentaje alto de niños hospitalizados, con PCR positiva, lo son de forma incidental y el motivo del ingreso es por otra causa. Ayer en @ComunidadMadrid confirmamos que un 40% de los ingresos con PCR+ ingresan CON COVID pero NO POR COVID.” O sea, que las cifras reales de hospitalizados por el virus vienen a ser la mitad de las que nos vienen diciendo. Otra conspiranoia que acaba confirmándose.
Manel Cervantes, jefe de Infecciosas del Hospital de Sabadell, explica en una entrevista radiofónica: “Ómicron y lo que está pasando es cómo se acabará esta pandemia… No se acabará porque desaparezca el virus. Se acabará porque si no es con ésta, será con la Pi o la siguiente, y de golpe veremos que tal vez lo que hemos de hacer es ni diagnosticarla, ni aislarla, ni seguir haciendo tantas cosas que al final no solucionan el problema. Probablemente lo que deberemos hacer es detectar muy bien quiénes son las personas vulnerables, a éstas, vacunarlas, visitarlas las veces que quieran, y a los demás, decirles, mire, haga como si tuviera un resfriado, y si no te encuentras bien, te quedas en casa tres o cuatro días, y después, vida normal. Claro, esto es difícil decirlo en estos momentos porque parece que esto es imposible, y que si hacemos esto, será un desastre… No, el desastre en números es ahora; esto es ingobernable, como números, pero como trascendencia para la salud, estamos viendo cómo realmente es mucho menos grave que hace un año… ¡Pero mucho! ¡Es infinitamente menos grave! Y la realidad lleva a que la mortalidad esté bajísima. Claro que no es cero, pero es muy baja. Y entonces, plantearnos cosas como vacunar cuatro veces, o vacunar cada seis meses… El responsable de la vacuna inglesa decía: ‘Vacunar cuatro veces al año a toda la población mundial no es posible, de ningún modo, no nos lo planteamos como solución’”.
Puro sentido común, ¿no? ¡Ah, amigo, pero entonces entran en escena los políticos!
Emmanuel Macron declaró ayer a los no vacunados, “no ciudadanos", indicando que tiene muchas ganas de “joderles” (algunos prefieren traducir “fastidiarles”). Dice que no puede meterles en prisión, que no puede forzarles a vacunarse, pero que les va a hacer la vida imposible hasta que lo hagan.
El Ministro de Salud alemán pidió por su parte más restricciones: “No podemos esperar a que la vacunación obligatoria quede obsoleta porque tenemos muchas infecciones. Ómicron como ‘vacuna sucia’ no es una alternativa a las vacunaciones obligatorias”.
Mario Draghi propone la vacunación obligatoria de los italianos de más de 50 años.
Yo no sé qué mosca les ha picado con las vacunas; qué obsesión tienen con vacunar hasta al último niño... No sé por qué dicen que la inmunidad adquirida tras superar la infección es sucia, cuando hay multitud de estudios que avalan su superioridad sobre las vacunas. Según los últimos datos de Sanidad, el 90,3 % de la población mayor de 12 años en España ha recibido la pauta completa. No sé por qué no paran ya de acosar, cuando el pasaporte se ha demostrado absurdo e ineficaz. Lo que veo es que estamos normalizando medidas dictatoriales que si ya eran inadmisibles desde un principio, ahora está completamente claro que son peores que el propio constipado que dicen querer combatir.
Las medidas restrictivas de derechos deben ser las mínimas indispensables. Es hora de comenzar a retirarlas, comenzando por el pase covid, la cuarentena de personas sanas y la mascarilla obligatoria en exteriores.