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Pasión española

Por Gabriel Le Senne
jueves 09 de abril de 2020, 05:00h

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Jesucristo agonizó durante tres horas, clavado en la Cruz. Dicen los estudiosos que murió de asfixia, pues el dolor y la postura del crucificado dificultan la respiración. Los enfermos de Covid tienen ahí la posibilidad de identificarse con Cristo, sobre todo ahora que encaramos el Viernes Santo. ¡Qué hermoso para el cristiano compartir con el Salvador el motivo y el día de la muerte!

El sentido del misterio del sufrimiento humano es parte esencial del cristianismo. ¿Por qué Dios permite que suframos? Lo poco que creo entender es que Dios no ha querido directamente nuestro sufrimiento: éste es consecuencia del pecado. Al apartarnos de Dios, que es la vida, nos hemos buscado la muerte y el dolor. El sufrimiento, por tanto, es consecuencia inevitable de la libertad, del libre albedrío. Lo que Dios hace es sacar bien de ese mal: a través del sufrimiento, a través de la cruz, volvemos a Él. ¿Cuántos nos habremos convertido gracias a las dificultades que estamos viviendo? Somos tan simples y tan olvidadizos que a veces necesitamos un toque de atención para recordar lo importante.

Sé que esto de entender y aceptar el dolor es más fácil de decir que de hacer, y que el comienzo de este artículo puede haber resultado chocante y hasta ofensivo. Yo mismo hace dos años, en Roma por Semana Santa, tuve la mala fortuna de resbalar y dislocarme el hombro. Dicen algunos que también Jesús tenía un hombro dislocado en la Cruz. En vísperas de aquel Viernes Santo, traté de ofrecerle mi dolor e identificarme con Él. Sin embargo, mis hijos tuvieron la amabilidad hace poco de recordarme algunas imprecaciones que salieron de mi boca. A la pregunta de si quería algo, respondí “que venga ya la puta ambulancia”, por ejemplo. Estoy seguro de que el Señor agradecerá mi pobre intención de unirme a Él y disculpará mi poco aguante. Menos mal que sólo tenía el hombro, y no la flagelación, la corona de espinas y los clavos…

España está ahora crucificada. 15.000 fallecidos oficiales -los reales podrían ser el doble o más-; 150.000 infectados oficiales -los reales podrían ser diez veces más-, de los cuales unos 20.000 son sanitarios. España es el país con mayor número de muertos por millón de habitantes según los datos oficiales (285 por millón a 7 de abril). El Gobierno actuó tarde y mal. Basta ver la comparación con Portugal o Grecia para concluir que la gravedad de nuestro caso se debe a una mala gestión. Muchos otros gobiernos del mundo han actuado mal, cierto. Cada uno deberá responder de lo suyo. Pero el nuestro opta a llevarse la palma de Peor Gobierno del Mundo.

Es claro favorito, porque sigue abundando en el error. En estas circunstancias no tiene sentido eso de permanecer unidos tras él, porque es seguir tras la muerte y la miseria, que es adonde siempre conduce el socialcomunismo. El Gobierno trató de centralizar la compra de material de protección y tests. Resultado: desabastecimiento, sanitarios infectados y epidemia descontrolada. El Gobierno se arrogó el poder de requisar los medios necesarios para controlar la epidemia. Resultado: dejó a las empresas sin materias primas, sin poder producir, sin materiales para proteger a sus empleados. Más desabastecimiento y descontrol. ¡El Gobierno aprobó un protocolo mandando volver al trabajo a los sanitarios a los 7 días desde el inicio de síntomas, incluso con síntomas leves! Resultado: los Consejos Generales de Dentistas, Enfermeros, Farmacéuticos, Médicos y Veterinarios -todo el sector sanitario- lo rechazan, con razón. Así los hospitales son hoy el mayor foco de infección, por culpa del Gobierno. Sin embargo, con el cerebro lavado por las televisiones del régimen, muchos prefieren seguir ciegos.

Termino con alguna información útil, de la que se nos hurta. Primero, el uso generalizado de mascarillas es imprescindible. Si no lo ha reconocido el Gobierno, es porque no hay. Cualquier mascarilla, por rudimentaria que sea, ayuda algo. No sólo por protegerse uno mismo, sino por proteger a los demás de uno mismo. Cualquiera podríamos ser portador asintomático. Hasta en Marruecos es ya obligatoria. Pónganse lo que puedan conseguir. El Gobierno deberá responder por haber mentido en este punto. Segundo, el virus se propaga por la simple respiración, especialmente en ambientes cerrados. Ventilar bien. Incluso ya infectado, conviene estar en un ambiente lo más limpio posible.

Feliz Semana Santa. Abracemos nuestra cruz.
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