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El Mallorca muestra sus carencias en el Wanda y ve alejarse aún más el tren de la permanencia
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El Mallorca muestra sus carencias en el Wanda y ve alejarse aún más el tren de la permanencia

sábado 04 de julio de 2020, 00:00h

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Un penalti que el árbitro ordenó repetir después de que Reina neutralizara el primer lanzamiento de Álvaro Morata, y un segundo tanto del mismo jugador al filo del descanso, certificaron el triunfo del Atlético de Madrid ante el Real Mallorca en el Wanda Metropolitano, redondeado en el tramo final del encuentro con una diana de Koke.

Vicente Moreno sorprendió con la inclusión en la alineación del extremo macedonio Aleksandar Trajkovski, en su primera titularidad de la temporada, y la apuesta por Febas en el centro del campo en detrimento de Salva Sevilla, autor de uno de los tantos mallorquinistas, el pasado martes, frente al Celta de Vigo. El resto del once inicial no deparó sorpresas. Tal como se esperaba, Sedlar ocupó la plaza del sancionado Valjent, y Fran Gámez ganó la partida a Joan Sastre en la banda izquierda de la defensa ante la ausencia por lesión de Lumor. En la delantera, 'Cucho' Hernández reemplazó, en el eje del ataque, al también amonestado Budimir.

Consciente de que en el Wanda Metropolitano disponía de una de sus últimas oportunidades para salvar la categoría, el Mallorca saltó al césped con la intención de vender cara su piel, y ya a los 9 minutos un gran pase de Kubo acabó en un centro chut de Pozo que creó muchos problemas al meta Oblak. Sin embargo, al cuarto de hora fue el Atlético de Madrid el que estuvo a punto de marcar, después de una jugada de Saúl que ninguno de los jugadores colchoneros acertó a remachar dentro del área.

Apenas tres minutos después, Carrasco anduvo cerca del gol tras recibir un buen pase de tacón de Morata, y a los 21 fueron los visitantes los que crearon peligro gracias a una falta excelentemente ejecutada por Trajkovski que Baba no pudo culminar en gol por unos escasos milímetros, ante la desesperación de sus compañeros y del cuerpo técnico.

Entretanto, el equipo entrenado por Simeone siguió buscando la portería de Reina a través, sobre todo, de Joao Félix, pero el joven portugués se mostró fallón y el Mallorca pudo salvar los muebles. Así sería hasta el minuto 25, cuando Sedlar derribó a Morata y el colegiado Alberola Rojas no dudó en decretar la falta máxima. El delantero madrileño se encargó de ejecutar el penalti, pero Reina le adivinó las intenciones y desvió el balón en una prodigiosa intervención.

Los bermellones respiraron aliviados, pero la alegría les duró apenas unos pocos segundos, ya que el árbitro, tras tres interminables minutos de consultas y revisiones, ordenó repetir el lanzamiento al apreciar que Sedlar, precisamente el autor de la acción punible, había entrado antes de tiempo dentro del área. Morata asumió nuevamente la responsabilidad y en esta ocasión no falló: su disparo duro y alto batió sin contemplaciones a Manolo Reina.

Con el 1-0 en el marcador y a punto de cumplirse la media hora de partido, el Mallorca bajó los brazos el tiempo suficiente para que Joao Félix volviera a desperdiciar una nueva ocasión. Sin embargo, Kubo insufló ánimos a sus compañeros con una portentosa jugada en la que superó a tres futbolistas rojiblancos y obligó a Oblak a intervenir para despejar el balón a saque de esquina.

SEGUNDO GOL LOCAL AL FILO DEL DESCANSO

Y cuando parecía que los primeros 45 minutos finalizarían con la victoria por la mínima del Atlético de Madrid, una vez más Álvaro Morata se erigió en el verdugo particular del cuadro balear y, con el tiempo reglamentario ampliamente sobrepasado, incrementó la ventaja colchonera. El delantero sacó el máximo partido de un error clamoroso de Trajkovski en la salida de balón del que se aprovechó Llorente para enviar el pase de la muerte a su compañero. El 2-0 parecía una losa demasiado pesada para un Mallorca que había viajado hasta el Wanda con las mejores intenciones y que se marchaba a los vestuarios tras encajar un penalti, el número 15 de la temporada, que inicialmente su guardameta había logrado neutralizar, y un segundo tanto en el minuto 48.

Tras el descanso, los visitantes trataron de sacar fuerzas de flaqueza y protagonizaron tres fogonazos que parecían presagiar que aún quedaba algún espacio para la esperanza. Nada más reanudarse el encuentro, Kubo confirmó su condición de futbolista en mejor forma del Mallorca brindando una asistencia de lujo a Trajkovski que el macedonio, desesperadamente lento, no supo culminar. Poco después fue Pozo quien habilitó a 'Cucho', pero el colombiano no tenía su día y, a pesar de que ningún defensa rojiblanco le presionaba, su disparo se marchó muy desviado. Y en el 57, turno otra vez para Kubo, que en esta ocasión prefirió probar suerte en vez de confiar en sus compañeros y tampoco encontró portería.

EL ATLÉTICO, AGAZAPADO A LA ESPERA DEL CONTRAGOLPE MORTAL

Entretanto, el Atlético permanecía confiado en su guarida, observando los estériles esfuerzos de su rival para acortar distancias, y dispuesto a salir al contragolpe en cuanto se le presentara la ocasión. Simeone, cansado de los errores de Joao Félix, sustituyó al delantero luso por Correa en el minuto 54, y, al mismo tiempo, renovó el centro del campo con la presencia de Vitolo para ocupar la plaza de un Carrasco que firmó una actuación más que notable.

Moreno respondió con el ingreso en el campo de dos de sus 'mosqueteros' habituales, Lago Junior y Salva Sevilla, en detrimento de Trajkovski y Febas. Poco después, en el 68, Abdón Prats y Joan Sastre se incorporaron al partido relevando a 'Cucho' y Fran Gámez, un doble cambio de cromos con el que Moreno pretendía refrescar las fuerzas de su equipo en búsqueda de un milagro cada vez más inaccesible.

La siguiente oportunidad de gol, sin embargo, no correspondería al Mallorca, sino al Atlético. Un colosal chut de Lodi con la pierna izquierda salió fuera tras rozar el travesaño de la portería defendida por Reina. Acto seguido, Take Kubo volvió a las andadas, pero, falto de oxígeno, tuvo que claudicar ante la inconmensurable habilidad de los futbolistas de Simeone para cerrar cualquier atisbo de espacio a los rivales.

GOL DE KOKE Y VISTO PARA SENTENCIA

El ímpetu del japonés, digno de mejor suerte, chocaría de bruces contra la realidad cuando en el minuto 80 Koke clausuraría definitivamente el choque con un tercer gol, que nació en un balón que fue a parar a las botas del centrocampista colchonero, cuyo chut rozó en Joan Sastre y se coló irremisiblemente en la meta bermellona.

La sentencia estaba dictada, a pesar de que Chavarría, un minuto después de hacer su aparición en el terreno de juego en detrimento de Baba, estuvo a punto de anotar. Era el canto del cisne de un Mallorca que puso en evidencia sus carencias, especialmente las defensivas, y que, más allá del infortunio que le persiguió en lances puntuales, se mostró claramente inferior a un oponente poderoso, con recursos, y con fondo de armario. Precisamente, todo lo que le falta a este Mallorca voluntarioso que, tras el festín goleador del martes ante el Celta, ha regresado ante el Atlético de Madrid a la dinámica perdedora que ha caracterizado esta aciaga temporada en Primera División.

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