Para hacer una tortilla hay que ...

Si queremos convertir el modelo o parte del modelo productivo de esta Comunidad Balear, no queda otra que ir pensando en cambiar la mentalidad de muchos de nuestros políticos, unos porque, aunque quieren cambiar no tienen ni pajolera idea de como hacerlo y otros porque están apegados a unos modelos de productividad que más o menos les funcionan y no quieren “experimentos”.

La Defense en Paris, la City en Londres, Kuala Lumpur o Hong Kong, son ejemplos de ciudades que se han trasformado para ser líderes en el Mundo. Le ha costado sacrificio y sobre todo mucha inversión, seguro que para muchos de ustedes no son el tipo de ciudades en dónde les gustaría vivir, pero es evidente que el cambio de modelo de producción de una ciudad pasa por la inversión en infraestructuras y atraer al capital de todo el Mundo.

Barcelona con sus Olimpiadas ha sido un ejemplo al igual que Valencia con su Ciudad de las Artes, de cómo puede cambiar y dar un salto hacia adelante una ciudad, situándose en el Mapa del Mundo moderno. Aquí en Baleares, queremos el mismo resultado, pero sin mojarnos, tan siquiera sin explicar que, si se pudiera recabar la inversión necesaria, cuales serían las consecuencias, buenas, menos buenas o malas, pero también explicando muy claro que quizás es el único remedio realista al intento de depender algo menos del turismo.

Ya ven, como siempre nada sale gratis, pero los remiendos al final salen caros y perdemos tiempo, mientras nuestros problemas crecen. Seguimos con salarios bajos y no subirán porque no producimos bienes de valor exportables a todo el Mundo y lo peor es que por nuestra inoperancia, aquellos países que han crecido vienen a nuestra Comunidad a comprar, especular y dejarnos sin posibilidades tan siquiera de alquilar una vivienda digna.

En estos momentos tenemos pocas opciones de vivir lo que se llamaba la vida de la clase media, aquella que no hace tantos años, te permitía comprarte tu primer piso, en unos años trabajando duro llegar a comprarte tu adosado y quizás hasta terminal en un chalet o una segunda vivienda en una zona turística, esto pasaba hasta el año 2000, no hace ni veinte años, ahora la solución es jugar a la lotería o ser futbolista o tenista, porque incluso con carrera universitaria tú futuro es más negro que el de los osos polares.

Hay posibilidades de cambiar esta inercia que nos está llevando a la cola del resto de Comunidades Autónomas y a la resignación, pero se tienen que tomar medidas enérgicas, realistas, como por ejemplo empezar a edificar en vertical si queremos abaratar la vivienda o crear un centro de ciudad más cosmopolita que pueda ser el eje del Mediterráneo en cuanto actividad financiera y creadora de empresas innovadoras con el apoyo sin fisuras de la Universidad, que tengan ese valor añadido que permita tener plantillas con sueldos que permitan volver a esa clase media. SI nuestro valor añadido sigue siendo únicamente el Sol, la playa y la Catedral, estamos francamente jodidos.

La pregunta es ¿quién tiene los bemoles de empezar el cambio? Aunque le cueste la antipatía de casi todos y probablemente no sea reelegido en unas segundas elecciones, pero que abra de una vez el camino.

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