Una de las feligresas que participaron en la última misa del año en la plaza de San Pedro no olvidará jamás la jornada del 31 de diciembre de 2019: ese fue el día en que nada menos que el Papa Francisco le propinó unos ligeros manotazos para conseguir desasirse de ella. La mujer tiraba fuertemente del pontífice y le impedía continuar seguir saludando al resto de los asistentes.
Incidente cuando menos curioso el que ha protagonizado el Papa Francisco en la plaza de San Pedro, en Roma, durante un acto con fieles, posterior a la última misa del año oficiada por el pontífice.
Mientras se hallaba saludando a la multitud que se había congregado en las inmediaciones de la plaza, una mujer de rasgos asiáticos tiró de la mano del Papa con la intención de atraer su atención.
Ante la insistencia de la feligresa, que se asía fuertemente a las vestimentas papales, el máximo representante jerárquico de la iglesia católica la reprendió e incluso llegó a propinarle unos ligeros manotazos hasta que, finalmente, consiguió desprenderse y continuar su recorrido.
Este miércoles, el Papa ha pedido disculpas por su comportamiento y ha reconocido que dio un "mal ejemplo" y que "perdió la paciencia".