Panorama incierto en Irlanda tras las elecciones generales de este pasado fin de semana. El excelente resultado obtenido por el Sinn Féin, antiguo brazo político de la organización terrorista IRA, hoy ha desaparecida, ha logrado romper el tradicional bipartidismo que durante décadas han mantenido centristas y democristianos.
A pesar de que la candidata del Sinn Féin, Mary Lou McDonald, se ha quedado un escaño por debajo del vencedor de los comicios, Fianna Fáil, de tendencia centrista-liberal y encabezado por el hasta ahora líder de la oposición, Micheál Martin, las quinielas post electoral muestran que Martin cuenta con escasas posibilidades de situarse al frente del próximo Ejecutivo. De hecho, las opciones de negociación que, previsiblemente, tiene abiertas McDonald abarcan un mayor abanico de socios políticos, ya que el Sinn Féin podría llegar a acuerdos con partidos minoritarios de signo izquierdista y ecologista.
Por detrás de Fianna Fáil y Sinn Féin se han situado los democristianos del Fine Gael (FG), que han presidido el Gobierno irlandés estos últimos años de la mano de Leo Varadkar.
El recuento de los votos ha sido complicado y farragoso, en gran parte debido al estrecho margen de diferencia entre las tres listas más votadas. De hecho, la cita con las urnas tuvo lugar el sábado, pero no ha sido hasta primera hora de este martes cuando se han dado a conocer los resultados oficiales.