Que sí, que todo lo que está sucediendo este 2020 en el mundo es algo surrealista. ¿Cómo que no puedo salir de mi casa? Esa sensación de despertarse por la mañana creyendo que todo ha sido un mal sueño. Pero no. Te levantas y mientras saboreas tu café mañanero ves hospitales desbordados, que los infectados y muertos se multiplican en cuestión de horas. Sabes que viene una crisis de las que dan miedo, de las que ves temblar tu puesto de trabajo. Es algo tan sencillo como la ley de causa y efecto. Lo que no es normal es lo que me repito yo cada día cuando me acuesto por la noche: que el Gobierno ya lo sabía.
Una semana antes del confinamiento la gente salió a las discotecas, asistió a conciertos, a manifestaciones multitudinarias, viajó en transporte público. Solo se suspendieron algunos eventos y partidos de fútbol. Mi pregunta es: ¿qué cambia del sábado que estaba con mis amigos tomándome unas cañas al domingo en el que me dicen que no puedo salir de mi casa a no ser que sea de extrema necesidad? Las cosas, se tienen que hacer bien, y más si se tiene el ejemplo de otros países que lo han hecho mal.
Recuerdo a la perfección la contradicción de una sociedad dividida: los histéricos por los grupos de whatsapp advirtiendonos de que se venía algo muy gordo y al otro lado políticos y científicos diciéndonos que había que calmarse, que era como una gripe común y que solo afectaba a la población anciana. Pero claro, en ese momento el virus todavía estaba lejos...porque quizá hasta que no nos viene de cerca no nos damos cuenta de la gravedad de lo que ocurre, o más bien dicho, hasta que no tocan lo nuestro no nos tornamos solidarios. Pero los que de verdad tienen el deber de ayudar y de solventar el problema compran material de mala calidad y adquieren pruebas de test rápido de coronavirus sin licencia y con una precisión de sólo el 30%.
Como siempre, lo más fácil es echar las culpas, en vez de admitir que no se reconocieron las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS). “El gobierno de Rajoy recortó 10.000 millones en sanidad y eso nos está pasando factura”. Quizá hay que recordar que el gobierno de Rajoy heredó un déficit de 997 000 millones del señor Zapatero ,y que en 2018 se invirtieron más de 75 millones de euros en sanidad pública, una de las cifras más altas de la historia.
Por ahora la población sigue aplaudiendo a las 20:00 en los balcones, manteniendo el sentido del humor y bailando“Coronao” al ritmo de “El Alfa” (sí, búsquenlo, no tiene desperdicio). Pero que no queden en el olvido los casi 10.000 muertos que ya llevamos, que recaerán siempre sobre los irresponsables que no supieron actuar ante esta crisis sanitaria mundial conocida con un nombre igual de surrealista que la situación que ha provocado: coronavirus.
Marina Forteza Rodríguez