Pancartismo hipócrita en el 1º de mayo

Un año más se ha celebrado en todo el mundo el Día del Trabajo, con las consabidas manifestaciones convocadas por las organizaciones sindicales y secundadas por las fuerzas políticas de izquierdas. En España no ha sido diferente, como tampoco en Balears, donde tres manifestaciones -Palma, Eivissa y Maó- han centrado los actos del 1º de mayo. Este año las reivindicaciones de los sindicatos se han centrado en reclamar mayor estabilidad en la ocupación, salarios justos, pensiones dignas y mayor protección social. A este respecto no hay mucho que decir pues, en efecto, constatada la recuperación económica y unas cifras macroeconómicas esperanzadoras en el corto y medio plazo, es justo que se aborden mejoras en las condiciones laborales y en los salarios de los trabajadores, sobre todo en aquellos sectores que tiran de la economía.

Sin embargo, resulta bastante chocante que partidos que ahora tienen responsabilidades de gobierno en muchas instituciones, se coloquen detrás de la pancarta y sostengan ser los mejores gestores y los defensores de los derechos laborales de la clase obrera. Se reclama la derogación de la reforma laboral impulsada por el PP, ignorando que antes que una de los ‘populares’ hubo una reforma laboral del PSOE que originó también una huelga general. Y también se pretende hacer creer que con los partidos de izquierdas en los centros de poder administrativos, los derechos de los trabajadores están a salvo y perfectamente garantizados, cuando tal cosa es una falacia descomunal. Podemos preguntárselo a los trabajadores de Serveis Ferroviaris de Mallorca, o a los de IB3, o a los bomberos de Palma…

Algunos gobernantes disfrutan del 1º de mayo poniéndose tras una pancarta con los sindicatos, acusando a la derecha del origen de todos los males y denunciando los casos de corrupción que afectan al PP, cuando pocas formaciones hay que estén a salvo de esta lacra nacional que ha salpicado, nadie lo olvide, incluso a los sindicatos más representativos. Al respecto hay que reclamar menos pancartismo y más gestión, dejando de lado la hipocresía de la que algunos hacen gala cada 1º de mayo.