Artà. Este conjunto se configura como uno de los poblados prehistóricos mejor conocidos de Mallorca. Excavado en parte en los años, en el centro se encuentra un talayote circular, que posee una serie de características que lo diferencian del resto de los talayotes típicos. En la parte central se observa un agujero, similar a un pozo, de cuyo fondo parte un corredor que sale en dos direcciones. Existen los restos de varias habitaciones radiales y rectangulares, y una gran sala absidal con columnas políticas, que fueron añadidas paulatinamente entre 1300 y el de 123 antes de Cristo. El poblado, que tiene una muralla con cuatro puertas, fue abandonado poco después de la ocupación romana en la isla, por lo que sus características se pueden considerar como buenos ejemplos de la evolución de la cultura talayótica, cosa que no ocurre con otros poblados que perduraron a lo largo de la época romana e, incluso, durante la ocupación árabe, sufriendo modificaciones a lo largo de mucho más tiempo.
