En noviembre de 2019, Pep Codony fue informado por su médico, el doctor Joan Benejam, jefe de Urología del Hospital Comarcal de Manacor y Juaneda Hospitals, de que padecía un cáncer de próstata. A partir de ese momento, empezó una carrera a contrarreloj para extirpar el tumor, que culminó con la operación quirúrgica que Benejam efectuó a su paciente pocas semanas después. La intervención cumplió a la perfección las expectativas. Hoy, Pep Codony se halla plenamente curado y restablecido de su enfermedad, circunstancia que quiere aprovechar para compartir con los lectores de mallorcadiario.com un mensaje nítido y claro: cuando alguien enferma de cáncer, la única alternativa plausible es ponerse en manos del médico, renunciando a la tentación de hacer caso a todo cuanto se publica en los foros de Internet.
El tumor maligno de próstata afecta a unos 600 hombres, aproximadamente, todos los años, en Baleares. En el conjunto de España, el número de diagnósticos positivos se aproxima a los 30.000. A pesar de que no se trata de una de las enfermedades oncológicas con peor pronóstico de curación, sobre todo si se compara con otros tipos de cáncer como el de páncreas o el de pulmón, la realidad es que las posibilidades de recuperación dependen en gran medida de que pueda efectuarse una detección precoz del tumor.
Así fue en el caso de Pep Codony. Este expaciente de cáncer de próstata fue operado por el doctor Joan Benejam, jefe de Urología del Hospital Comarcal de Manacor y el grupo Juaneda Hospitals, en noviembre del pasado año, apenas unas semanas después de que se confirmase el diagnóstico.
Como apunta el especialista, "detectar el tumor a tiempo es vital para la curación del enfermo, pero esto exige que, a partir de una determinada edad, que podríamos situar en torno a los 50 años, e incluso antes si existen antecedentes familiares, los hombres vigilen permanentemente el estado de su próstata mediante análisis médicos regulares. Pep obró de esta manera, y gracias a ello pudimos aplicar la cirugía en un momento en que existía un gran margen de actuación quirúrgica".
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VIGILANCIA CONTINUA
De hecho, con anterioridad a que se concretase el diagnóstico, ya hacía varios años que este profesional inquer vinculado durante muchos años al ámbito de los medios de comunicación visitaba con cierta asiduidad la consulta del doctor Benejam. Según comenta, "había indicios que no me gustaban, y, a pesar de que inicialmente los resultados analíticos no parecían revelar ninguna anomalía importante, quise asegurarme".
En este sentido, Benejam explica que decidió practicar a su paciente una biopsia para descartar o confirmar la existencia de alguna patología: "La biopsia reveló el desarrollo de un proceso cancerígeno, y, además, ciertamente agresivo. De todos modos, éste ha sido un caso especial, diferente a otros, porque cuando se realizó la operación quirúrgica y se analizaron los órganos extraídos, se comprobó que el cáncer no era tan destructivo como en un principio habíamos pensado".
No obstante, Benejam y su equipo optaron por "despejar cualquier incertidumbre sobre la posibilidad de que algunas células cancerígenas pudieran permanecer ocultas y extenderse en el futuro, así que nos inclinamos por extraer el órgano y los ganglios en su totalidad". Ahora mismo, como indica el especialista, cualquier análisis de PSA (marcador específicamente destinado a reflejar la existencia de alteraciones en el órgano prostático) "al que sometamos a Pep ha de ser forzosamente igual a cero. En mi opinión, la cirugía ha de aplicarse siempre de forma personalizada, porque cada paciente es un caso diferente".
EFECTOS SECUNDARIOS
En cuanto a otras alternativas distintas al quirófano en diagnósticos de cáncer de próstata, el prestigioso urólogo mallorquín alerta de que la radioterapia "presenta el inconveniente de los posibles efectos secundarios".
Cabe tener en cuenta, como señala Benejam, que "al margen de la extirpación del tumor, el paciente afectado por esta tipología de cáncer necesita saber cómo será su vida después del tratamiento, sea quirúrgico o no. Es decir, qué consecuencias tendrá sobre funciones como la micción urinaria o la capacidad de erección, y, ciertamente, la cirugía hoy por hoy ofrece las mejores garantías, sobre todo teniendo en cuenta que las intervenciones que se practican actualmente no son en absoluto invasivas, sino que, gracias a las técnicas laparoscópicas, permiten operar al enfermo sin causarle apenas incisiones, y facilitando una rápida recuperación".
Pep Codony experimentó en primera persona la efectividad de estos modernos procedimientos. Como él mismo comenta, "apenas unos días después de la intervención, ya estaba en casa. Incluso me quedé un día más ingresado porque yo mismo lo solicité, pero hubiera podido obtener el alta médica antes. No solo eso, sino que no he sentido el más mínimo episodio de dolor. Fue entrar en el quirófano, salir de la operación, instalarme en mi habitación del hospital, despertarme, y no notar la más mínima molestia".
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"CUANDO TIENES CÁNCER, HAY QUE PONERSE EN LAS MEJORES MANOS"
Plenamente recuperado de la dolencia que, durante un tiempo, le causó zozobra y angustia, Codony tiene muy claro cuáles son los factores claves que hay que tener presentes cuando una persona recibe la noticia de que padece un cáncer: "En primer lugar, ponerse en las mejores manos. Yo tuve esa suerte con el doctor Benejam, porque sin duda se trata de uno de los profesionales más competentes en su especialidad, cualidad a la que hay que unir su trato cercano y humano. En segundo término, ignorar cualquier dato o información que no proceda directamente del médico. Ni foros de Internet, ni grupos de whatsapp, ni comunidades pseudocientíficas, ni redes sociales, ni opiniones de segunda o tercera fuente... Hay que confiar únicamente en el médico, porque solo él sabrá cuál es el mejor camino terapéutico. Fíjese lo que voy a decirle: si yo hubiera hecho caso de cuanto leía en los foros de Internet, no me habría operado. En estos foros se leen y escuchan auténticas sandeces sin la menor base científica, y en ocasiones son supuestos facultativos y especialistas quienes las proclaman".
Junto a las recomendaciones expuestas por Pep Codony en su condición de expaciente, el doctor Benejam incide en otro argumento de peso: vigilar la salud prostática, y hacerlo de manera permanente. Como recalca el jefe de Urología del Hospital de Manacor y Juaneda Hospitals, "actualmente contamos con un instrumento de detección precoz de probada eficacia, como es el PSA. Siempre digo que esta prueba, que se obtiene a partir de un simple análisis de sangre, es el gran amigo del urólogo, y también, por supuesto, del paciente, ya que su fiabilidad es muy consistente. Tenga en cuenta que, contrariamente a otros marcadores, el PSA está vinculado específicamente a la próstata; no mide el estado de ningún otro órgano o función corporal".
De hecho, una de las dificultades que ofrece el cáncer de próstata es su ambigua sintomatología, que puede corresponder a patologías urológicas muy diversas. Por ejemplo, la alteración de la frecuencia miccional, o las dificultades para orinar, se asocian a una hiperplasia benigna, pero también a una prostatitis o, por supuesto, al tumor prostático. A este respecto, Benejam es partidario de que "cuando surjan estos síntomas, se resuelva cualquier incógnita a través de un análisis de PSA. Y, en el futuro, continuar realizando esta misma prueba periódicamente, porque los valores pueden alterarse y es vital saberlo para que el médico pueda efectuar exploraciones más complejas si es necesario".
JOAN BENEJAM, AL FRENTE DE UN GRUPO DE INVESTIGACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE UROLOGÍA
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de Zaragoza, Joan Benejam Oliver obtuvo la especialidad en Urología vía MIR por el hospital 'Miguel Servet’, también situado en la capital aragonesa. Médico y cirujano de prestigio internacional, forma parte de algunas de las instituciones y entidades de referencia en el ámbito de su especialidad, y hace escasas semanas ha sido nombrado nuevo coordinador del grupo de trabajo de Endourología, Laparoscopia y Robótica de la Asociación Española de Urología.
Esta es la primera vez que un urólogo mallorquín se halla al frente de un proyecto de esta envergadura. Para Benejam, su designación supone “un gran honor, pero también una inmensa responsabilidad”. Consciente de que estas nuevas ocupaciones le reportarán “más trabajo y esfuerzo”, el especialista remarca que, más allá de la satisfacción a título personal, la confianza que se ha depositado en su capacidad “es importante también para realzar el prestigio y la imagen de la medicina urológica que se practica en Baleares”.