El juicio contra Pau Rigo, el anciano de Porreres que fue juzgado en la Audiencia de Palma por matar a un atracador en su casa en febrero de 2018, deberá repetirse ya que hay un error insalvable en el veredicto alcanzado por el jurado popular, que ahora se declara nulo. Alega la magistrada presidenta del tribunal en su auto ordenando la repetición del juicio, que con el veredicto es imposible conocer la voluntad de los nueve integrantes del jurado, pues se dio por buena una votación que no lo era, ya que no contaba con el número de votos requeridos para un veredicto condenatorio. Y tampoco se puede proceder a la absolución del acusado, como reclama su defensa.
“No puedo dictar sentencia absolutoria porque desconozco lo que hubieran votado los jurados de haberles devuelto el objeto del veredicto por no haber alcanzado la mayoría necesaria. Por más que lamente el resultado que los defectos del veredicto han provocado por el desgaste para las partes, el esfuerzo que el juicio ha supuesto para las acusaciones y defensas y miembros del jurado, procede el dictado de la nulidad de pleno derecho de las actuaciones”. Con esta contundencia se expresa la magistrada presidenta para justificar la repetición del juicio. No hay otra salida posible al embrollo.
Parece increíble que un error como el que se dio en este caso, no fuera detectado por ningún profesional de los muchos que intervienen en un proceso jurídico de esta naturaleza, radicado en la Audiencia Provincial. Y aún más increíble resulta comprobar que la Ley no prevé ningún mecanismo para resolver el fatídico error, excepto la repetición del juicio, que hay que calificar como un auténtico calvario para el principal acusado, Pau Rigo.
Será muy complicado encontrar otro tribunal cuyos miembros no estén intoxicados por las informaciones publicadas en un caso tan mediático. Solo eso puede dar garantías de imparcialidad al nuevo jurado popular para, ahora sí, dictar un veredicto legal y justo para todas las partes.
