Muchos ciudadanos no lo pueden evitar: han vivido en la misma ciudad que Jaume Matas. Son mallorquines, como él. Es un estigma que irá con ellos para siempre. Un accidente que les será recordado en cualquier intento de descrédito. Qué decir si has militado en su mismo partido. Será estéril esconderse. El pasado común con Matas de varios políticos está ahora a la vista. Está el que fue director general de Caza con él, y también el que ahora es director del Luis Vives, donde estudió el exministro balear. No faltan un recadero de Mapau, y un paño de lágrimas de un conseller de Matas. Casi como familiares de primera consagüineidad. Todos ellos tienen en común que figuran en las actuales listas del PP al Parlament. Y su relación con el anterior president no puede quedar oculta, porque eso sería hacer un favor a Bauzá. El objetivo de quienes ambicionan más pacto de progreso es demostrar que el gen corrupto no se ha marchitado. En esta lucha, ciertos medios de comunicación pierden ocasionalmente el sentido del equilibro, y el todo vale les deja en evidencia. Matas puede merecerse el reproche más rotundo si ha saqueado las arcas públicas, pero no tiene ni pies ni cabeza extrapolar su reputación a quienes tuvieron algún encuentro ocasional con él. Parece desmedido que el estigma tramposillo de Matas recaiga sobre el director de un colegio, por el mero hecho de ser donde el expolítico pasó su infancia. O que también se ponga en entredicho la entereza moral de quien fue un amigo fiel en un mal momento de un exconseller. Muchas familias en Baleares lamentan el daño irreparable que ha sufrido su apellido por haber compartido trabajo con el anterior president. Algunas incluso han pasado un calvario judicial, en el que han llegado a dudar de su destino ante el parcialismo de los tribunales. Mientras, hay otros que continúan en su cruzada de sacar todo el petróleo que dé de sí el asunto. La memoria puesta al servicio del rencor, y lo anecdótico elevado al rango de fundamental. Y todo bajo el envoltorio de la superioridad moral. Son los únicos cuyas opiniones "no admiten comentarios".
