MARÍA JUAN. No puedes empezar sin presentaciones. Seamos educados. Educados y cálidos, demos confort al alma.
En los últimos días, sin buscarlo, he leído mucho sobre los pequeños placeres de la vida, y de la importancia de éstos. Ya saben, un abrazo, una copa de vino en buena compañía, un inesperado whatsapp ... Detalles éstos que dan la medida a nuestra cotidianidad, y también denotan la capacidad de agradecimiento que somos capaces de mostrarle a la vida.
Son tiempos duros, para todos. Aunque para algunos mucho más. Ayer oí a un político decir que la crisis le había sacudido la conciencia y éso le había hecho recapacitar. Los políticos son un capítulo a parte . Pero la crisis! La crisis lo ha sacudido todo, conciencias, bolsillos, futuro ... A largo plazo, tal vez para mejor. Quién sabe...
No tiendo, por norma general al optimismo. Y muchísimo menos a dar lecciones de moralidad ... Sencillamente la travesía está siendo larga, dura y difícil: los valores, los objetivos, los proyectos ... todo se desubicó. Nada tiene sentido, al menos el mismo sentido que tenía hace un tiempo. Ando confundida.
Seguimos viviendo, o consumiendo días ... a veces no tienes otra alternativa. Pero no puedes rendirte, eso no. Por eso he decidido darle crédito a los pequeños placeres de la vida: será mi nueva religión. Decidido, aunque sin alborozos, sin oraciones, sin iglesias y con precaución. Ésta, se lo juro, nunca sobra.
Buscando calor. Ahi estoy y en eso ando. Tal vez por eso he llegado hasta aquí: contándoles lo que está rondando mi mente.
Ojalá tengamos suerte todos.
Otro día "pondremos a parir al que falta" que he visto en facebook que puede también gustarte.