El ex presidente del Govern y del PP balear, Jaume Matas, temía desde hace días una nueva arremetida y va llegando. Van e irán contra él y contra su partido o contra su partido y contra él; igual da. El que fuera líder todopoderoso recibirá (en Madrid) y las sombras de sospecha no harán sino agrandarse. Estos días se han estado escribiendo nuevos capítulos a cuenta de estancias suyas en S´Era de Pula, de su vicepresidenta y consellers. Lo último es la imputación de Francesc Fiol por el Palma Arena y la próxima semana Santiago Calatrava tendrá que declarar en los tribunales… Estamos en plena cuenta atrás. Y hasta las elecciones los casos de corrupción volverán una y otra vez al primer plano de la actualidad insular. Volveremos a tener presencia en informativos nacionales. Pero el objetivo ya no es Matas. El ex líder ya está estigmatizado, política y socialmente condenado. El objetivo es su partido, el que fue su partido. Como no hay argumentos para defender una gestión o ilusionar con una reedición del pacto contra el PP -con quien sea, hasta con la Unió Mallorquina de portavoz imputada-se intentará derrotar a los ‘populares’ el 22 de mayo con la corrupción. Poniendo la etiqueta a todo lo que acompañe al partido de la gaviota y el cambio. Da igual que presenten facturas, como Rosa Estarás, en su inmediata reacción y defensa pública tras la aparición de informes policiales del Caso Ibatur. También el ex presidente Matas tiene pruebas bancarias que pueden echar abajo pesquisas del Palma Arena. El efecto y los titulares son inmediatos. ¿Cuántos creen hoy a la eurodiputada y ex vicepresidenta? ¿Y a Matas? ¿Y a tantos y tantos consellers que ya no tienen que responder de su gestión sino de otros asuntos? El PP recibe y hasta el candidato impoluto, que acaba de llegar, Mateu Isern tendrá que pagar facturas de tiempos pasados. Los socialistas las pasan al cobro y no perdonan una, propia o ajena. A la consellera portavoz, esta semana, las supuestas invitaciones de dirigentes ‘populares’ a un hotel le han servido para evitar dar explicaciones incómodas sobre la falta de presupuesto para promoción turística o el truco de birlibirloque utilizado para sacar fondos de donde no había. A Joana Barceló le preguntan por la dimisión de Mar Guerrero, que “no quería vender motos”, y ella responde con las investigaciones a Romeo Sala… y “toma, Moreno”, que diría Rockefeller, un pájaro de verdad, al que aún debería citar el juez Castro para conseguir más eco mediático nacional en su papel de instructor. Hablando de imputados: el PSIB-PSOE debería considerar seriamente hacer lo que supuestamente desde el desconocimiento, (porque no podemos pensar que se pueda ser tan cínico) asegura el secretario de Ciudades y Política Municipal del Partido Socialista que harán. Ha dicho Antonio Hernando que no habrá “ni condenados, ni imputados por corrupción” en sus listas electorales… y en Ibiza el cabeza de cartel será Xicu Tarrés, ya proclamado candidato a la reelección como presidente del Consell, pese a que tras declarar en su día, horas y horas, ante un juez, al que no consiguió convencer de que no guardar ninguna relación con la presunta trama de financiación ilegal de su formación que se investiga (o no) en el Caso Ibiza Centro.
