Cuatro Madrid-Barça o Barça-Madrid para que no me tachen de parcial y los pacientes de Son Espases suspirando por una televisión en la que contemplar estos partidos. Entiendo que habrá enfermos que por prescripción facultativa no puedan ni deban ver estos encuentros, no vaya a ser que la UCI de coronarias se nos sature en un día, pero otros, los que no tienen ninguna patología que les impida contemplar los encuentros, llevan días acordándose de la Conselleria de Salut al completo, desde Luis Carretero hasta Vicenç Thomàs, por tener las habitaciones sin televisión en la que ver los cuatro acontecimientos deportivos del año. Y, lo que es peor, las protestas crecen de día en día, con lo que eso puedo suponer para la salud de los enfermos, mientras todo el que puede hace acopio de aparatos de radio para, al menos, escuchar lo que sucede en el campo. A ver, ¿tan difícil es instalar los aparatos de televisión en las habitaciones, teniendo en cuenta que quién lo lleva a cabo es una empresa externa y al Ib-Salut no le cuesta ni un euro? Pues parece que sí, o tal vez es que Thomàs y su equipo piensan que el fútbol perjudica seriamente la salud, que todo pudiera ser.
