La campaña contra García Romanos

Vuelvo de vacaciones y asisto atónito a la campaña contra el doctor Fernando García Romanos, subdirector general asistencial de Atención Primaria, una campaña que no es nueva pero que por lo repetitiva me da que pensar sobre los verdaderos intereses de la misma. A García Romanos no se le perdona que pusiera en el disparadero a la anterior junta directiva del Colegio Oficial de Médicos de Baleares, encabezada por Joan Gual, ni que fuese muy crítico con la política de gastos realizada por el COMIB, especialmente en el capítulo destinado a publicidad, pero mucho menos le perdonan que haya cuestionado el proceso electoral, porque eso es un crimen de “lesa majestad”. ¿Cómo osó el doctor García Romanos presentar una querella contra lo que el creía que era una ilegalidad? Imposible, hacer esto es, como he leído hoy en la prensa, mantener una actitud delirante. Menos mal que no se le ha hecho un diagnóstico psiquiátrico y se ha concluido que no es apto para ocupar ningún puesto, pero, tal y como van las cosas, tal vez llegaremos a eso. Pero, parece que ahora nadie se acuerda que en aquel proceso de infausto recuerdo para todos, no fue sólo Fernando García Romanos quien cuestionó el voto por correo sino que fueron muchos más, incluido el responsable de Correos, que remitió una carta oficial al todavía presidente Joan Gual, en la que decía que los envíos no cumplían ninguno de los requisitos establecidos en la legislación vigente relativa a procesos electores, ni tampoco los relativos a dirección y ubicación de destinatarios y remitente, alertando de que los envíos estaban siendo depositados por personas de las que no se podía comprobar ni certificar su filiación y, en consecuencia, su derecho a voto. Imagino que el responsable de Correos, al que ni le iban ni le venían las elecciones colegiales, no se vio preso de ningún delirio, pero, ya que estamos, tal vez esa sea la explicación que le den. Y naturalmente que el COMIB acata la decisión de la Organización Médica Colegial, faltaría más, aunque lo que no dice es que antes de llegar a ella ha sido preciso nombrar un segundo instructor, porque el primero no resolvió lo que la asamblea de presidentes de colegios médicos quería. Pero, como estamos en un país de envidiosos, de mediocres y de vengativos, no se puede soportar que el doctor García Romanos ostente un cargo que querían para ellos. Por eso, hay que atacar, filtrar noticias y desacreditarle. Someterle al escarnio público es algo que se da muy bien, pero recuerdo a muchos de los que siguen metidos de lleno en esta campaña que todavía queda mucho por salir a la luz de sus gestiones en distintos organismos y que tal vez mañana sean ellos quienes se vean sometidos al escarnio en la plaza pública.