Un medio de comunicación madrileño, bastante conservador, publicó varias supuestas operaciones inmobiliarias llevadas a cabo por algunos fiscales anticorrupción de Baleares. Las noticias fueron firmadas por redactores del periódico, habitualmente residentes en Madrid. La impresión general entre los integrantes del 'mundillo' judicial -y también entre los ajenos- fue que se trataba de datos preparados en las Islas y facilitados a los periodistas 'pret a porter'. Pasados ya unos días, los juzgados de Palma ya tienen un montón de datos sobre cómo, quién y cuándo se recopiló esta información que, en algún caso, es bastante delicada. Al parecer alguna cena secreta se ha desvelado con detalles por alguno de los asistentes, de forma que ya se sabe todo, hasta el azúcar que los asistentes pusieron al café. Se habla de que un hotelero de cierta importancia pudo haberse puesto de acuerdo con algún imputado en alguno de los muchísimos casos de corrupción política que están abiertos en Palma, quienes habrían utilizado a un detective privado que recogió los datos. A medida que pasan los días, los comentarios son más precisos, dibujando un panorama bastante completo. Sin embargo, aunque todo el mundo judicial dice conocer qué ha sucedido, o al menos de eso presumen, seguramente no habrá ninguna medida ni actuación y, por lo tanto, los asuntos seguirán avanzando como hasta ahora, aunque tal vez con algún ahínco adicional por la Fiscalía o los jueces en los asuntos que afectan a los sospechosos de montar esta investigación.