Es mejor tipo de lo que parece. Quizás ha reaccionado demasiado tarde ante algunas cuestiones que se sobreentiende que un alcalde debe tener claras desde el primer día. Él también es una rara avis en el mundo de la política balear.
Ser alcalde de Calvià no era una prioridad para él. Se siente más cómodo con alguien por encima liderando. Cuando tuvo cuatro años por delante para liderar, confirmó enseguida que su mundo de confort vital estaba un piso más abajo.
Con estas sensaciones, tenía un reto muy claro. Sanear las terroríficas cuentas del que hace dos décadas era el ayuntamiento más rico de España. Estaba bien rodeado. Podía conseguirlo. Con lo que no contaba era con tener a Calvià, a Magaluf, a Punta Ballena, en boca de todo el mundo por el mamading a raíz de la publicación del video por mallorcadiario.com. En la entrevista concedida este domingo a este digital admite que dijo "no" a un centenar de peticiones de entrevistas llegadas desde todos los rincones del planeta. Tenía que explicar lo inexplicable: cómo consentía en su municipio que una jovencita practicara en un bar decenas de felaciones a cambio de unas copas gratis. Había que poner hilo y aguja sobre este tema.
El mamading le ha hecho perder mucho tiempo y energías. Pero lo que realmente le acabó quemando fue ver a su jefe de la Policía Local y a varios de sus agentes detenidos e ingresando en prisión preventiva por un presunto caso de corrupción que sigue bajo secreto de sumario. Esto acabó quemando la paja de los pies de Manu Onieva. Un alcalde que admite que no ha sido precisamente un buen alcalde.
No irá a trabajar a Bodegas Túnel ni a ninguna de sus filiales, aunque lo tuvo en la mano. Hará otra cosa. Espero que sea "de segundo". Le irá mejor. Será más feliz. Lo será "de segundo" y fuera de la política que a él también ha decepcionado.