Ocupen su localidad

Prospecciones petrolíferas no, de ninguna manera.

Por el medio ambiente, por preservar especies marinas, por seguir resultando un archipiélago atractivo al turismo. Por la calidad de vida de los baleares.

Prospecciones no.

Ahora empresarios y hoteleros se preocupan por el medio ambiente, por la calidad de las aguas, por el derecho de los ciudadanos a una calidad de vida. Hay que ser muy cínico.

Ellos y unos gobiernos insulares que les protegían y aplaudían han ido sembrando la costa de cemento y hoteles. Han construido hasta en los nidos de las gaviotas. Han prostituido los más recónditos parajes para convertirlos en euros para sus bolsillos. Los más exclusivos hoteles y urbanizaciones disfrutan de rincones que jamás podremos ver la mayoría de ciudadanos.

Todo ello con el beneplácito de los diferentes gobiernos, con leyes y trampas para que este estamento económico pudiera ampliar su poder.

Tal vez de todo ello nos hemos beneficiado económicamente las islas, pero se ha pagado un alto precio. La planta hotelera es fea, anticuada e irrespetuosa con medio ambiente y territorio.

En una isla con límites geográficos tan radicales hay que apostar por calidad, por integración, por mejora, por innovación, hay que apostar por el futuro. El territorio es finito.

La oligarquía de esta tierra ahora encabeza protestas ante prospecciones y su portavoz es un presidente autoritario y sordo, acompañado por una oposición muda y perdida.

Escuchen a la calle, respeten sus demandas, cuiden de su futuro.

Qué cada uno ocupe su localidad y cumpla con su trabajo. Por cierto, el diálogo es la base para empezar a trabajar.