La música electrónica, y en especial Ibiza, está de luto. El legendario deejay argentino y padre del sonido 'Balearic Beats', Alfredo Fiorito, ha fallecido este martes, coincidiendo con Nochebuena.
A mediados de los años ochenta, el deejay argentino Alfredo Fiorito empezó a conjugar en sus sesiones una mezcla ecléctica de géneros que iban desde pop europeo, italodisco o rhythm and blues hasta rock psicodélico. Nacido en 1953, el de Rosario había llegado a Ibiza en 1975 para diseñar ropa. En su país natal, había trabajado como promotor de conciertos y también como periodista.
Durante sus sets, el residente desde 1983 de Amnesia -cuna de los primeros afters hours- iba combinando momentos para relajarse con reggae, dub o temas de Sade con otros para bailar sin parar, sin olvidar rarezas de artistas como Chris Rea o Peter Gabriel. Todo ello, tendiendo puentes para cambiar un ritmo marcado entre los 90 y 110 BPM.
“Originalmente, era tan simple como tratar de hacer una fiesta con una multitud muy cosmopolita y diferente por la noche… o muy temprano en la mañana”, explicó Dj Alfredo en una entrevista antes de agregar que “la multitud venía de otros lugares y estaba abierta a una experiencia especial. Este hecho me dio la oportunidad de tocar todo tipo de estilos y ritmos de música, y no sólo inglés, también italiano, francés, español, brasileño, africano, sudamericano… Ese fue el comienzo. En términos reales: una mezcla de chill out, lounge y música de baile”.
Para el rosarino, elegido en 1988 como ‘Dj de la década’ por la revista DJ Mag, se trataba de “una música en su mayoría, ecléctica y alegre. También sexy, no cursi, que tiene sus raíces en los orígenes de la música dance y florece en la pista de baile, como un sonido que te hace olvidar géneros, o categorías y simplemente lo disfrutas, lo escuchas, bailándolo y compartiéndolo”.
Este híbrido sonido fue especialmente bien recibido en Reino Unido, donde la cultura rave estaba despegando con Paul Oakenfold, Nicky Holloway y Danny Rampling. El primero, entusiasmado con esa extraña mezcla, exportó el modelo al sur de Londres a través del Project Club donde Alfredo estuvo pinchando.
Como curiosidad, comentar que algunos de esos discos underground que daban sabor a las sesiones de los deejays ibicencos eran rarezas que a los propios Djs ingleses, que se fijaban en otro tipo de música, se les habían pasado por alto.