Cuando en diciembre de 2014 los gobiernos de Whashington y La Habana anunciaron el restablecimiento de relaciones diplomáticas tras más de 50 años de su ruptura y el establecimiento por parte de los Estados Unidos de un embargo comercial contra la isla caribeña, pocos pensaron que el proceso acabaría con una visita del presidente norteamericano, Barak Obama, a Cuba. La situación está muy lejos de poder ser considerada una relación normal pues el régimen castrista que impera allí y que cercena de raíz los derechos humanos y también derechos como la libertad de manifestación, de prensa y la pluralidad política, no muestra síntomas de estar dispuesta a hacer cambios en ese ámbito. Pero el diálogo, la normalización de relaciones entre los dos países antaño enemigos irreconciliables, y finalmente la desaparición del embargo comercial, pueden ayudar a que Cuba transite hacia la democracia y la reconciliación.
La nueva etapa que ahora se abre acarrea múltiples posibilidades de negocio, especialmente en el sector turístico
Desde un punto de vista de los intereses de Balears en Cuba, la nueva etapa que ahora se abre acarrea múltiples posibilidades de negocio, especialmente en el sector turístico. Ya había empresas hoteleras españolas gestionando establecimientos allí y es de esperar que eso vaya a más. También la presencia de la naviera Baleària en Cuba es prometedora, pues recordemos que se trata de la primera compañía marítima que obtuvo permiso de la Administración norteamericana para operar entre ambos países. Balears se puede beneficiar de este nuevo mercado y de las facilidades que previsiblemente el gobierno cubano dará a las empresas que quieran invertir allí. Veremos si hay emprendedores dispuestos a aprovechar las oportunidades y si los gobiernos dan los pasos necesarios para acelerar las transformaciones necesarias.