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Nueve centros en Mallorca generan residuos radiactivos
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(Foto: J. Fernández Ortega)

Nueve centros en Mallorca generan residuos radiactivos

Por Josep Maria Aguiló
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jmaguilomallorcadiariocom/8/8/23
viernes 09 de febrero de 2024, 12:15h

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En Baleares no hay, como es bien sabido, centrales nucleares, ni se han realizado tampoco nunca pruebas atómicas, por lo que no existe el peligro de que haya accidentes como el de Fukushima ni el riesgo de que podamos encontrarnos con hormigas gigantes mutadas por la radiactividad paseando tranquilamente por nuestras calles, como en la película La humanidad en peligro. Aun así, en nuestra comunidad se generan cada año residuos radiactivos, que son retirados por la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa).

El servicio público que lleva a cabo Enresa es "esencial", según han explicado a mallorcadiario.com fuentes oficiales de dicha empresa pública, ya que se ocupa de "la gestión de todos los residuos radiactivos que se generan en España y el desmantelamiento de centrales nucleares".

En ese sentido, Enresa gestiona tanto los residuos procedentes de las centrales nucleares, como aquellos generados en industrias, hospitales y centros de investigación de todo el país".

En el caso concreto de Baleares, las citadas fuentes explican que en la actualidad Enresa tiene nueve contratos activos en el Archipiélago, todos en Palma. Del citado total, seis contratos corresponden a hospitales, dos a industrias y uno a un centro de investigación y docencia. "Este tipo de instalaciones generan residuos de baja y media actividad", recalcan desde Enresa.

En los últimos cinco años, esta empresa dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha realizado dos expediciones a Palma, que han permitido un total de diez retiradas de residuos en las nueve instalaciones mencionadas. Globalmente, "se han retirado 0,48 m3", que han sido gestionados en el centro de almacenamiento de El Cabril, en la provincia de Córdoba.

UN PROCEDIMIENTO REGULADO

El procedimiento que se sigue en el conjunto de España, y por tanto también en Baleares, es siempre el mismo. Así, cuando una instalación genera un residuo radiactivo, se pone en contacto con Enresa para su retirada. A continuación, el primer paso para la gestión de este residuo es la firma de las preceptivas especificaciones técnico-administrativas.

El citado documento recoge "los criterios de aceptación de los residuos, las obligaciones de la instalación y de Enresa y las tasas vigentes". Con las solicitudes pendientes, Enresa organiza las expediciones de retirada. Mientras tanto, los residuos permanecen almacenados de forma segura en las instalaciones del generador.

El siguiente paso por parte de esta empresa pública es el desplazamiento de personal especializado para "la retirada y caracterización del residuo". Dicho personal se encarga de la seguridad del proceso y del traslado del material a El Cabril.

Una vez que el material llega al centro de almacenamiento de El Cabril, se verifica el contenido del residuo y se gestiona según su tipología. El proceso habitual es introducir los residuos en bidones, "que a continuación se meten en contenedores que se inmovilizan con mortero". Por último, ese contenedor inmovilizado se traslada a la plataforma de almacenamiento.

EL HOSPITAL DE SON ESPASES

Por su parte, desde la Conselleria de Salut han explicado a este digital que por lo que se refiere a los residuos derivados de la medicina nuclear, en el ámbito de la sanidad pública sólo se generan en el Hospital de Son Espases, en concreto, en los tratamientos oncológicos en que son necesarias la quimioterapia y la radioterapia.

"Cuando el IB-Salut suscribe contratos de equipos que hacen tratamientos de medicina nuclear, normalmente las propias empresas se encargan de deshacerse de los residuos", señalan fuentes oficiales del Govern.

Previamente, si ha habido algún objeto que ha estado en contacto con la radiación, "se hace un informe sobre dicho objeto y se coloca en un cuarto refrigerado si finalmente no tiene radiación". En cambio, si la tuviera, es la empresa concesionaria la que se ocupa del tratamiento del citado objeto.

En el caso de la Part Forana, cabe reseñar también las actuaciones que lleva a cabo el Hospital de Inca cuando se tiene que hacer un TAC a un paciente. "En estos casos, te inyectan una sustancia que lleva yodo, por lo que a veces queda algún resto de yodo en las jeringuillas, que también se han de tratar, aunque no estemos hablando ahora de medicina nuclear", concluyen las mencionadas fuentes.

UN ACUERDO CON EL GOVERN

En este contexto, cabe recordar que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y el Govern mantuvieron el pasado martes su tradicional encuentro anual, "para analizar el programa de trabajo encomendado a la comunidad autónoma". Según explicó el propio CSN a través de una nota de prensa, el objetivo de dicho reunión era "perseverar en la mejora continua de su labor de evaluación, control e inspección de instalaciones y transportes de materiales radiactivos".

Tras repasar tanto las principales actuaciones llevadas a cabo en 2023 como la previsión para 2024, el citado regulador destacó "el satisfactorio trabajo conjunto, siempre en aras de la protección radiológica de las personas y del medio ambiente". Asistieron a la reunión del martes la directora general de Indústria i Polígons Industrials, Ingrid Liliana de la Fuente, y el secretario general del CSN, Pablo Martín González, entre otras personas.

Durante el mencionado encuentro conjunto, los representantes de ambas instituciones analizaron, entre otros aspectos, las 15 inspecciones realizadas a instalaciones radiactivas en 2023, cinco de ellas sin previo aviso al titular; y las 27 a rayos X de radiodiagnóstico médico, no habiéndose anunciado seis de estas.

Además, también se proporcionó información sobre las tres evaluaciones de solicitudes de instalaciones radiactivas, que se resolvieron dentro de los plazos estipulados. Por lo que respecta a 2024, el Govern propone llevar a cabo 14 inspecciones de control a instalaciones radiactivas, 30 a rayos X y dos evaluaciones de solicitudes de modificación o clausura de instalaciones.

EN VARIAS REGIONES

Bajo el marco del acuerdo de encomienda de funciones que el CSN y el Govern mantienen desde 1985, y como se ha indicado ya, el Ejecutivo autonómico realiza también el control de los transportes de material radiactivo que tienen lugar en su territorio.

El CSN, por su parte, tiene la facultad de encomendar a las comunidades autónomas el ejercicio de funciones que le estén atribuidas, en cuanto a los trabajos de inspección y control de instalaciones radiactivas de segunda y tercera categoría, "en los ámbitos de la investigación, el uso médico y el uso industrial de fuentes radiactivas y equipos generadores de radiaciones ionizantes, así como en las instalaciones que utilizan aparatos de rayos X de diagnóstico médico y en los transportes de material radiactivo".

En la actualidad, el CSN tiene firmados acuerdos de encomienda con ocho comunidades autónomas más además de Baleares. En concreto, con el Principado de Asturias, Cataluña, Galicia, Canarias, Murcia, la Comunidad Foral de Navarra, el País Vasco y la Comunidad Valenciana.

Gracias al Govern, a Enresa y al CSN, la ficción angustiante de La humanidad en peligro o la diversión infantil de La Hormiga Atómica no tienen visos de acabar convirtiéndose algún día en realidad. Al menos por el momento.

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