Los propietarios de tumbas de
Bon Sosec se encontraron con una
sorpresa desagradable el pasado puente de Todos los Santos cuando acudieron al camposanto privado a depositar flores para sus seres queridos. Encontraron un papel en las sepulturas donde se les pedía que pasasen por Administración. Resulta que el año 2010 la empresa funeraria
Funes compró a Sa Nostra 2.000 sepulturas aún por estrenar y se convirtió en la propietaria mayoritaria del cementerio. Ahora exige dinero a los propietarios de una sepultura para el mantenimiento de la necróplis.
Algunos de estos propietarios ya se han puesto en contacto con abogados para constituirse en asociación y llevar el asunto asunto a los tribunales, según informa la letrada
Joana Maria Borrás, que ya ha recibido las primeras quejas de afectados. La exigencia de dinero, "incluyendo los retrasos" es de setecientos u ochocientos euros en muchos casos.
Resulta que cuando estas personas compraron la tumba a la empresa Bon Sosec había una cláusua en el contrato la cual reza que los gastos de comunidad correrán a cargo de la empresa y no del particular que ha adquirido la sepultura. Pero al convertirse Funes en empresa propietaria mayoritaria tiene en teoría poder para cambiar las reglas de funcionamiento del cementerio privado. Todo indica que el asunto acabará en los tribunales si muchos de los dueños de tumbas se unen y van a pleito. En total son cerca de dos mil. A ello hay que añadir que se trata de una necrópolis, donde están enterrados los seres queridos de los titulares, que no pueden desprenderse de las sepulturas como sí podrían hacerlo de un piso o de cualquier otra propiedad si les cambiasen las cláusulas económicas de funcionamiento.
El cementerio de Bon Sosec produjo un escándalo político en los años 90 tras un sonoro crack de la empresa que lo impulsaba. Una de las empresas afectadas fue la constructora Domus, propiedad del por entonces alcalde de Palma,
Joan Fageda. Finalmente la situación se arregló con la compra del tanatorio por parte de Cort mientras que algunas entidades crediticias se hicieron cargo de las tumbas sin vender.