Abierto, buen conversador, y con deseos de integrarse en la sociedad mallorquina. Es la primera impresión que provoca el nuevo obispo de Mallorca, Xavier Salinas Viñals, en su primera comparecencia ante los medios de comunicación, a pesar de que como dijo, aún no ha asumido el cargo, sino que lo hará el próximo sábado.
La primera idea que ha lanzado es que “venir a una sociedad tan diversa es una provocación”. Le supone “asumir nuevas tareas”, e indicó que proviene de Tortosa, “una sociedad rural, mientras que la mallorquina es abierta y cosmopolita”. Llega “en momentos de grandes transformaciones, de un cambio cultural”, a las que tiene que prepararse para “saber como se puede responder a las nuevas situaciones que se presentan”.
En varios momentos de su comparecencia dejó clara su intención de abrirse a la sociedad, y aunque no lo mencionó, supone una actitud diametralmente opuesta a la de su antecesor, más encerrado en el edificio episcopal. “No sólo quiero mantener un diálogo con la sociedad sino contribuir con propuestas, porque la Iglesia no sólo tiene la misión de dialogar sino de elaborar propuestas”.
Xavier Salinas habló de “compromiso social”, y ante ésto, ve “con cierta preocupación” su nueva tarea pastoral, “porque tengo que ser capaz de responder a todo esto, que es desconocido, pero me motiva. Debemos proponer nuevos caminos para responder a la realidad de este mundo”.
El obispo dijo que necesita “coraje, capacidad para afrontar estos retos, es como en las guerras, que las gana el que resiste más, y en este caso, se trata de resistir”.
Aludió al marxismo, que tenía “su gran proyecto moral”, pero indicó que la Iglesia posee por su parte “una gran dimensión humanizadora” y así poder afrontar “el reto de las nuevas tendencias como la intercomunicación que es muy rápida, muy radical”.
Se mostró partidario de casar los dos idiomas oficiales de esta tierra, y aunque defendió su lengua materna, el catalán, dijo que “lo realmente importante es hablar y no hacer problemas con la lengua”. Añadió que “la comunicación es un valor importante”.
Respecto a la posibilidad de introducir cambios en la cúpula de la Iglesia mallorquina, se mostró partidario de “observar durante un año para tomar conocimiento”, y posteriormente podría tomar algunas decisiones al respecto.
FOTOS: JAUME MEDINAS