Cafeterías poniendo cafés, médicos atendiendo urgencias, los niños atendidos en los colegios, restaurantes sirviendo platos, grandes almacenes con mucho cliente mirando pero no comprando, los aeropuertos cumpliendo con su reprogramación de vuelos, taxis libres, panaderías vendiendo "llonguets", algo menos de tráfico porque había menos autobuses en Palma, cajeros dispensando billetes, los semáforos en rojo-amarillo-verde, autocares en Son Sant Joan recogiendo y repartiendo turistas.... Una huelga "tranquila", como han valorado especialmente autoridades y empresarios. Los sindicatos tamibén han llegado a valorar el 29-M como una jornada sin grandes incidentes.
También hubo ruido en este 29-M, pero poco. De madrugada, en la estación intermodal era el campo de batalla con algunos autocares con problemas para dispersarse por Mallorca por la actuación de los piquetes. al mediodía, carreras policía-piquetes por la Plaza de España con dos jóvenes detenidos. Y por la tarde, la manifestación central "Quieren acabar con todo" convocada por los principales sindicatos. Acudieron a la llamada unas 50.000 personas.
A partir de aquí, el habitual pulso sobre las valoraciones. Los sindicatos hablan de "éxito". Las autoridades, de "fracaso". y todos tienen sus datos. Los sindicatos hablan de un 68% de seguimiento de esta huelga. El Govern lo rebaja hasta un 15 % en el sector público que es normalmente el que más caso hace de este tipo de convocatorias.
¿Anécdotas? Muchas. La más llamativa, la que se dio cuando chocaban, ya de noche, las dos manifestaciones que coincidían en Palma, causando un enorme embudo en toda la ciudad. La manifestación mayoritaria (UGT, CCOO, USO y STEI) subía por la calle Conquistador de la capital; de frente, otros miles de personas en dirección a la Plaza de la Reina, convocados por CNT, CGT y Bloc Unitari Anticapitalista.´
Y tras el 29-M, y con un Gobierno que no parece haberse desgastado demasiado, toca volver al trabajo. Quien haya parado. Quien lo tenga.