El GAL mediático

Hace justo un mes, dos días antes de las elecciones autonómicas catalanas que se celebraron el 25 de noviembre pasado, advertimos desde Mallorcadiario.com en el editorial titulado “El Estado contra CiU” que la filtración de un pretendido borrador policial de autor desconocido obedecía a una turbia maniobra contra Convergència i Unió y su líder, Artur Mas. Hoy día 24, ya investido President de la Generalitat, con el apoyo de los 21 diputados independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya que capitanea Oriol Junqueras, Artur Mas tomará posesión del cargo ya convertido en el enemigo público número uno de España.

Ayer mismo el periódico El País hacía esta contundente denuncia en portada: “Mandos policiales actúan al margen de la ley contra políticos catalanes”. Y en el antetítulo explicaba que “los agentes difunden acusaciones sin pruebas para denigrar a los soberanistas”. Ya en páginas interiores, titulaban la información con esta contundencia: “Conjura policial contra el soberanismo”, explicando a continuación que un grupo de agentes elabora otros cinco informes sin firma, basados en sumarios abiertos mezclados con datos sin contrastar, donde además acusan a jueces, políticos y periodistas catalanes. El asunto es de tal gravedad que el periódico de cabecera del Grupo Prisa le dedica su principal editorial que titula con gran elocuencia “Juego sucio”.

La información periodística publicada por El País habla en todo momento de una “conspiración policial”. Sin embargo no se puede descartar que la elaboración de los falsos informes provenga de actores ajenos a la Policía. Pero de lo que no cabe duda es de que hay cierta gente que se está tomando la molestia de destinar recursos económicos y tiempo con el objeto de esparcir sospechas de conducta ilegal contra los principales líderes de CiU y también contra aquellos que apoyan la consulta ciudadana a favor del derecho de autodeterminación de Catalunya. ¿Quizás los servicios de inteligencia españoles? ¿Quizás sectores españolistas situados más a la derecha? ¿Quizás empresarios de los medios de comunicación más conservadores?

De lo que no cabe duda es de que la artillería españolista, utilizando a los medios de comunicación afines, ha puesto su diana en Artur Mas y en el ex president Jordi Pujol y su familia. Los artículos aparecidos en los últimos días que informan del supuesto patrimonio familiar, de los negocios en el extranjero de los hijos del matrimonio Pujol Ferrusola (incluso de los que jamás han tenido ninguna relación con la política), e incluso de familia política de estos, inundan los medios de comunicación escritos. Afianzan convenientemente la campaña de acoso y derribo la legión de articulistas disciplinados que, obedeciendo a este nuevo criterio editorial, machacan con sus artículos de opinión las informaciones que se publican y que tienen como fuente informes anónimos con datos no contrastados y en ocasiones incluso falsos. Pero no importa, porque el trabajo ya está hecho: calumnia que algo queda. Hasta los dibujantes de las viñetas remachan el mensaje, caricaturizando a los líderes de CiU con trajes propios de la mafia de Chicago. Y la opinión pública burdamente manipulada, en un país depauperado y en práctica bancarrota, con unas tasas de paro nunca vistas, con miles de personas que han perdido su negocio, su trabajo e incluso su hogar, que culpan a la clase política de todos sus males hace el resto.

Cada vez que en España alguien ajeno a los dos partidos mayoritarios ha planteado la necesidad de cambiar el modelo de Estado fijado en 1978 ha sido laminado de la vida pública. Ocurrió primero con Ibarretxe, Lehendakari durante tres legislaturas (1999-2009) y ahora ocurre lo mismo con Artur Mas. En ambas ocasiones, tanto Ibarretxe como Mas ostentaban el gobierno legítimo de sus respectivas comunidades. Ambos planteaban la convocatoria de un referéndum para conocer la voluntad de la ciudadanía vasca y catalana respectivamente. Suficiente para que los sectores más impulsivos del nacionalismo españolista dibujasen una estrategia para acabar con la amenaza a la integridad territorial del Estado.

Ibarretxe sufrió las iras de los constitucionalistas del PSOE y del PP, quienes sumando sus fuerzas e ilegalizando a los partidos de la izquierda abertzale para impedir su concurrencia a las elecciones, lograron desalojar al PNV de Ajuria Enea, lo que fue el fin de la carrera política del líder nacionalista. PSOE y PP sumaros sus fuerzas e invistieron Lehendakari al socialista Patxi López. Todo un pacto contra natura que acabó como el rosario de la aurora.

Ahora es Artur Mas el objetivo a batir. Acusado de traidor y desleal, de querer romper España y de echar un pulso político al Estado pactando con Esquerra Republicana una consulta ilegal con fecha tope en 2014. Se apunta claramente a que no se escatimarán medios para acabar políticamente con el 129º President de la Generalitat de Catalunya.  Sin embargo, en Catalunya el PSOE (PSC) y PP suman tan solo 39 escaños de los 135 posibles. Alejadísimos de los 71 que logran CiU y ERC. Así pues, la estrategia pergeñada en Euskadi ahora es imposible. Solo queda el camino de oponerse a la voluntad de los catalanes blandiendo la Constitución de 1978 y paralelamente destrozar a Artur Mas y a los líderes soberanistas, intoxicando con informaciones sobre su patrimonio o sobre millonarias cuentas suizas. Jugar sucio con el acoso y derribo a los representantes legítimos del pueblo catalán, democráticamente elegidos no hace ni un mes en unas elecciones que contaron con una altísima participación, un 67,7% del censo, y donde ambas formaciones que han suscrito un pacto de legislatura suman el 44,4% de los votos y el 52,5% de los escaños en el Parlament.

La amenaza es ya demasiado grande para los españolistas, obligados a recurrir a la guerra sucia y a las cloacas del Estado, tan socorridas en los últimos años, para neutralizar la consulta soberanista y a sus impulsores. Como sea.