LGTBIfobia en aumento

En los últimos meses se han multiplicado los delitos de odio por homofobia de forma alarmante y por todo el territorio nacional. El asesinato del joven Samuel en A Coruña es sin duda el más grave, pero son muchísimos más los que están conmocionando a la opinión pública y aún más a la comunidad LGTBIQ+, entre la que ha cundido una lógica sensación de miedo y vulnerabilidad como hace años no se recordaba.

El presunto caso de simulación de delito que parece haber cometido un joven de 20 años residente en Malasaña (Madrid) no cambia esa triste realidad y es de esperar que la Justicia le haga pagar su frivolidad y su irresponsabilidad al denunciar falsamente una agresión homófoba.

Incluso en Mallorca la Policía ha detenido a varias personas en las últimas semanas por agredir, acosar e insultar a personas LGTBIQ+. Uno de estos casos supuso el arresto del padre y el hermano menor de la víctima. Fíjense lo que hemos retrocedido en muy poco tiempo en materia de derechos del colectivo LGTBIQ+.

Pero para ser justos debemos admitir que también se multiplican todo tipo de actos violentos sin ninguna explicación razonable. Violencia gratuita como la que ejerció hace unas semanas un joven en el metro de Madrid contra un enfermero que le recriminó que no llevara puesta la mascarilla.

Sin embargo y como suele suceder, hay quien identifica este aumento de los delitos homófobos con el discurso ultraderechista de Vox. Yo estoy plenamente convencido de que la homofobia que destilan los postulados políticos de la formación de Santiago Abascal tienen una reacción en determinados elementos radicales que así se sienten legitimados para atacar a personas LGTBIQ+, por quienes sienten verdadera repulsión. Y esto es inaceptable y Vox debe corregir su discurso y condenar sin ambages todo crimen homófobo, cosa que no hizo Ortega Smith días atrás, quien optó por acusar sin pruebas a la inmigración ilegal. Homofobia y racismo son rasgos característicos de Vox.

Pero también hay que decir con igual contundencia que a cualquier demócrata le repugnan las palabras de Esty Quesada (Soy una pringada) deseando la muerte de los simpatizantes de Vox en el programa de Youtube del diputado de ERC Gabriel Rufián, y debemos condenarlas como flagrante delito de odio que a mi parecer son. Los delitos de odio últimamente vuelan desde todos lados y hacia todas partes.

Además en los últimos años hemos visto resurgir una LGTBIfobia que nos avergüenza, pero no sólo atizada desde la ultraderecha, sino también desde destacadas militantes de la izquierda (las conocidas como feministas TERF), singularmente del PSOE, que han exhibido un discurso transfobo insoportable. Todo ello ha creado un caldo de cultivo propiciatorio de los actos que ahora lamentamos.

Pero ya basta. Eso debe acabar. No estamos dispuestos a vivir escondidos ni atemorizados por ser como somos y vivir nuestra condición sexual en libertad y naturalidad. Paren todos de atizar este fuego, porque está costando vidas y no lo podemos aceptar. ¡Paren ya!