El denunciante de estafa en la compraventa del Eurocalas, Francisco Miralles, ha asegurado que vendió el hotel a los Ruiz-Mateos por confianza en el grupo Nueva Rumasa: "Cuando estuve en Jerez me dieron una apariencia de solvencia brutal y al cabo de unos meses toqué con las manos que no era así". En su declaración como testigo ante el tribunal que juzga a los seis hermanos Ruiz-Mateos y dos supuestos testaferros, para quienes la Fiscalía pide 6 años de prisión por presunta estafa al dejar de pagar casi 14 millones de euros por un hotel en Mallorca, el hotelero ha dicho haberse sentido engañado.
Miralles ha negado lo declarado por los seis hermanos, de que la operación la negoció su padre (fallecido en 2015). "Con él no negocié exactamente nada, lo negocié con los hijos. Yo realmente con quien negociaba era con Pablo y con Javier", que ha dicho que eran quienes "llevaban el peso".
Ha detallado que el empresario jerezano le dijo que "toda la familia estaba enterada de todo y que todos estaban de acuerdo con esta operación y encantados con ella".
El hijo del hotelero mallorquín, que también ha declarado como testigo ha dicho al respecto: "Siempre hablamos con los hijos, el padre, visto ahora a posteriori, creo que era la figura que utilizaban ellos para dar cobertura a todo el asunto"
"Cuando yo estuve en Somosaguas, el padre venía para saludarte y despedirte, pero no intervenía para nada", ha añadido.
Tanto el denunciante como su hijo, han coincidido en que Pablo fue quien negoció con ellos, y Javier como responsable financiero, mientras José María hijo actuaba como director general del grupo.
AVAL DE RUIZ MATEOS
La venta se formalizó en julio de 2005 por medio de una de las sociedades del conglomerado, fue avalada por el empresario y sus hijos "como futuros herederos de todo el grupo", y también por otra sociedad que era propietaria de otro establecimiento, el Hotel Cervantes de Torremolinos. "Valía más que el nuestro y nos daba tranquilidad", ha explicado el denunciante sobre el por qué de ese otro aval.
"Nos daba mucha confianza este grupo porque habían comprado otras cosas y parecía un grupo creciente que iba a más", ha insistido.
El hotelero ha detallado que le entregaron un balance que indicaba que el Hotel Cervantes estaba libre de hipotecas pero luego supo que fue hipotecado antes de formalizar la compraventa. "Me lo escondieron totalmente, yo estaba tranquilo porque el hotel valía más que el mío", ha afirmado.
Cuando empezaron los impagos, los compradores alegaron que el Banco Santander "les había apretado" con la financiación.
Según Miralles, recibió indicaciones de Pablo Ruiz-Mateos: "Que no me preocupase, que ellos tenían dinero suficiente para hacer frente a nuestra deuda y que incluso si algún hotelero me llamaba para preguntar si cobraba, que dijese que cobraba y que tranquilizase a la gente que me conocía a mí y les conocía a ellos".
PROBLEMAS DE LIQUIDEZ
Cuando renegociaron la garantía de los avales y sustituyeron la sociedad inicial por Clesa, no le informaron de problemas de liquidez de Clesa sino "totalmente lo contrario".
Ha relatado que en marzo de 2010 estuvo en Jerez con motivo del cumpleaños de José María Ruiz-Mateos padre y le dieron "una apariencia de solvencia brutal". "Al cabo de poco tiempo salió el concurso de Clesa y nos sentimos muy engañados", ha añadido.
El hotelero mallorquín ha relatado que cuando visitaba al empresario en Madrid: "Se notaba que vivían montados en el dólar porque había seguridad, tres o cuatro que te recibían...". "Allí se veían criadas con cofia, porteros y chóferes..., se veía abundancia a tope", ha contado. "Nos pasaban también unos powerpoint de granjas de gallinas para demostrarnos que tenían solvencia, nos hacían presentaciones de lo solvente que era Nueva Rumasa, mucho mayor que cuando lo habían expropiado", ha detallado.
El hijo del hotelero ha añadido que un chófer acudía a recogerles al aeropuerto cuando volaban a Madrid para negociar y que, "solo con ver aquella casa" consideró "indudable que tenían dinero".
El empresario mallorquín ha justificado la denuncia contra los Ruiz-Mateos en la pérdida de confianza: "Decidí poner la querella porque vi que no había otra solución porque me engañaron tantas veces que dije, 'no queda más remedio que la Justicia esclarezca todo lo que están haciendo, que me han engañado desde el primer día'".
Miralles ha aportado documentación para demostrar que las negociaciones se mantuvieron con los hijos de Ruiz Mateos, y que el padre solo ejerció de anfitrión. El presidente del tribunal ha llamado en reiteradas ocasiones la atención al abogado de la defensa cuando interrogaba a Miralles.
En la tercera jornada del juicio han declarado José María, Zoilo y Alfonso Ruiz Mateos, así como siete testigos, entre ellos una abogada que intermedió entre los Ruiz-Mateos y la familia Miralles en la renegociación tras los impagos, que ha explicado que siempre recibía las indicaciones de Pablo Ruiz-Mateos, quien "llevaba el tema hotelero".
El que fuera director general de Hotasa, la división hotelera del grupo, que elaboró dos informes de viabilidad del hotel Eurocalas, ha dicho que los hizo por encargo de José María Ruiz-Mateos padre, que era con quien despachaba mensualmente hasta finales de 2010.
También el director general de la patrimonial del grupo Nueva Rumasa ha explicado que valoró el inmueble del hotel por encargo del empresario jerezano, con quien despachaba todos los viernes y de quien ha dicho que era quien tomaba "las decisiones de comprar o no comprar".
FISCALÍA PIDE SEIS AÑOS DE CÁRCEL PARA CADA UNO DE LOS ACUSADOS
La Fiscalía pide seis años de cárcel y una multa de 54.750 euros para los seis hermanos (Zoilo, José María, Alfonso, Pablo, Francisco Javier y Álvaro) y el resto de los acusados en el juicio (un primo y un testaferro).
Cabe recordar que en octubre de 2018, el Tribunal Supremo ya condenó a los seis hermanos a dos años y medio de prisión por otra estafa agravada, en relación a la compra de dos hoteles, uno en Mallorca y otro en San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria). En este caso, el fiscal acusa a los Ruiz-Mateos de haber aparentado "una solvencia en realidad inexistente" cuando eran directivos de Nueva Rumasa para obtener participaciones en la sociedad propietaria del hotel Eurocalas, ubicado en Calas de Mallorca.
La Fiscalía calcula que la cantidad total defraudada alcanza los 13,3 millones de euros, más unos 600.000 euros de actas de Hacienda, y pide que se indemnice a los perjudicados. También reclama una inhabilitación especial para el ejercicio de actividades mercantiles y la administración y dirección de sociedades durante el tiempo de la condena.