La espectacular cantidad de residuos que llega acumular en entorno de Son Fuster después de la celebración del mercadillo de los sábados ha llevado a la asociación empresarial Asima a pedir al Ayuntamiento de Palma el cierre inmediato de esta actividad. Los empresarios de Asima, vecinos del recinto en el que se celebra el mercadillo, ven cada semana cómo la zona queda repleta de bolsas, cajas, latas y residuos de todo tipo abandonados por los comerciantes y clientes del mercadillo.
Es comprensible la indignación de Asima, cuyos responsables añaden la falta de limpieza que realizan los servicios de Emaya, especialmente cuando el viento ya ha esparcido las basuras extendiéndolas más allá del recinto del mercado, alcanzando a las calles del vecino polígono industrial de Son Castelló y, por consiguiente, haciendo cada vez más difícil la limpieza de la zona.
La situación ha ido a peor desde que hace unos años se trasladó el mercadillo de las Avenidas de Palma al nuevo aparcamiento disuasorio junto al metro de Son Fuster Vell, una zona amplia, despejada y bien comunicada que prometía un buen desarrollo del proyecto. Sin embargo, el plan inicial de convertir la cita semanal en un gran mercado de oportunidades ha derivado en una práctica que ha acabado siendo una pesadilla para vecinos y empresarios de la zona.
Cort debe garantizar la celebración del mercado sin que ello conlleve perjuicios a las actividades vecinas, asegurando la limpieza de la zona y obligando a un estricto comportamiento cívico tanto de los comerciantes como de los clientes que acuden al mercadillo. El cierre, tal y como lo solicita Asima, debería ser la consecuencia última; antes de llegar a esto, los servicios municipales deben aplicar todos los recursos a su alcance para garantizar el orden necesario.