La imputación por prevaricación del alcalde de Palma, Toni Noguera, le pone en la misma situación que su propio partido criticó durante años cuando el problema afectaba a otras formaciones políticas. Més per Mallorca ha salido al paso afirmando que la investigación abierta por el Juzgado de Instrucción número 5 de Palma no es un asunto de corrupción política por lo que no exigirá nada a Noguera y el actual alcalde podrá mantenerse en el cargo y proseguir con sus planes de cara a las elecciones de mayo.
Sea como fuere, Noguera se convertirá en el primer alcalde de Palma llamado a comparecer ante un juez como imputado, un hecho para el que únicamente falta que el juzgado señale fecha. Noguera y su entorno afirman que la causa por la que es investigado -la regulación de los pisos turísticos que provocó la querella de la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos- es poco menos que un asunto administrativo, un tema aprobado en el pleno municipal a raíz de la petición de las asociaciones de vecinos y que, además, responde al interés general.
El código ético de Més recoge en su punto 15 que “los cargos de Més que estén imputados por corrupción o por algún otro delito que vaya contra el ideario de la organización deberán poner su cargo a disposición de Més”. Y añade que "a los que se les apliquen medidas cautelares o apertura de juicio oral por casos de corrupción o por algún otro delito que vaya contra el ideario de la organización deberán dimitir”. A esta literalidad se acogen Noguera y su partido para evitar que una investigación por presunta prevaricación acabe con la carrera política del primer edil de la capital.
La peripecia judicial a la que se enfrenta Noguera no es nueva en Baleares. Durante años, cargos públicos y candidatos de otras formaciones se vieron sacudidos por episodios similares y tuvieron que dimitir del cargo, renunciar a una candidatura o abandonar el partido. Nombres como los de Jaume Font, Tomeu Cifre, Joan Simonet... La lista no es corta y para todos ellos, la formación de Toni Noguera fue implacable, aunque no mediara enriquecimiento y se tratase de "cuestiones administrativas" como alega ahora Més.
Noguera ya evitó su imputación en el Caso Contratos, el primer gran caso de corrupción de Més per Mallorca que llevó a una serie de ceses y dimisiones. Ahora es pronto para saber cómo acabará el periplo judicial del alcalde de Palma, pero haría bien la formación en mirarse al espejo y exigirse lo mismo que exigió durante años cuando eran otros los afectados. La doble vara de medir de Més alimenta su descrédito y abunda en la nula credibilidad sobre futuras propuestas o denuncias.