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Camp Redó, un barrio abandonado por Cort

lunes 04 de junio de 2018, 22:00h

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Los vecinos de Camp Redó están indignados con el Ayuntamiento de Palma. Hace dos meses su queja era la ausencia de alumbrado público, una carencia casi anecdótica que se sumaba al olvido de todos los proyectos de dinamización del barrio por los que se iban invertir 1,3 millones de euros, y cuyo descarte ha ido dejando la zona en una situación de inseguridad y de insalubridad notable. Los vecinos han expresado muchas veces su sensación de miedo en un barrio cuya imagen es de hogueras para combatir el frío, acumulación de basuras o abandono de sus equipamientos. Al final, Cort decidió encender las farolas instaladas en los pasajes interiores entre los bloques, en una decisión que enjuaga a medias la desatención que sufre uno de los barrios más deprimidos de Palma y que no parece hallar una solución definitivamente satisfactoria.

El último episodio ha sido la acumulación de troncos y ramas que siguen sin que nadie los retire transcurrido de un mes desde que fueron talados para prevenir caídas o desplomes de árboles. La imagen denunciada este lunes por mallorcadiario.com es la de auténticas barricadas de troncos perfectamente ordenados, pero sin que nadie los haya recogido en todo este tiempo. Los vecinos denuncian el peligro que puede significar este cúmulo de hojas secas y madera en el caso de que alguien tire una simple colilla mal apagada, además de convertirse en perfectas madrigueras para las ratas que infestan la zona.

Los vecinos califican de "humillación y dejadez" la situación a la que tienen sometida la barriada los responsables municipales. Cabe pensar que esta desatención no se produce de forma premeditada, pero resulta llamativo que haya una incapacidad absoluta a la hora de acometer los problemas del Camp Redó de una forma definitiva y satisfactoria para los vecinos. La idea que se generaliza es que el Ayuntamiento no sabe qué hacer con esta barriada, incapaz de coordinar las diferentes áreas implicadas y llevando a cabo actuaciones aisladas como la reforma de viviendas cuyos pisos inferiores están apuntalados.

Es difícil imaginar una actuacion de este tipo en ninguna otra zona de la capital, lo que resulta paradójico: la zona que más atención necesita es la que menos cuidado recibe.