IB3 no engancha ni fuera ni dentro

“Nunca se había vivido un clima laboral tan malo en la empresa”. Así lo ha hecho saber el comité de empresa de IB3 al Director General. IB3 no solo no cohesiona entre la audiencia externa sino que tampoco lo hace dentro.

Fuera, las audiencias de IB3 no remontan. Ni siquiera después de que hace un año el Director General dijera que se iba a dejar la piel. Ni tampoco después de que en agosto del año pasado anunciaran una catarsis en el ente público. Creo que lo han intentado pero la audiencia no responde a sus estímulos.

No es fácil porque los tiempos y hábitos de consumo televisivo cambian vertiginosamente aunque creo que IB3 no ha aprovechado su ventaja competitiva sobre las televisiones generalistas. La radio parece que sí la explota mejor.

Desde que entró el Director General hace ahora dos años y encontró un 4,20% la sangría de audiencia ha sido constante. El pasado octubre ha cerrado con un 2,30%.

La actual IB3 no engancha a los de fuera. Pero tampoco a los de dentro, sea personal de contratas externas o sea personal con nómina en la casa que está quemado según se desprende del escrito dirigido al Director General.

Existe, dicen, un gran distanciamiento entre el equipo directivo y los trabajadores. El documento emplea términos y calificativos que harían sonrojar a cualquiera. Los representantes de los trabajadores dicen textualmente que “el clima laboral es pésimo y tenso”. ”Nunca se había vivido un clima laboral tan malo en la empresa”. Las causas, según opinión de los representantes de los trabajadores: “falta de conocimiento del funcionamiento de una televisión autonómica por parte de buena parte de los directivos y falta de comunicación con el personal de la casa”. Palabras duras de digerir para un responsable.

La respuesta del Director no deja de asombrar después de dos años en el cargo: No le había llegado esta información y no pensaba que el clima laboral fuera tan malo, lo que viene a ratificar las quejas del comité de empresa por distanciamiento de los directivos con la plantilla.

¡Qué lejos quedan aquellas torradas en Alaró en las que la convivencia estaba por encima de las categorías profesionales!

Esta semana hemos escuchado a Jarabo y compañía repartirse el pastel de IB3 antes de nombrar la directiva. De aquellos polvos vienen estos lodos.

Hace un año expresé en esta columna que el Director General se merecía un voto de confianza. Después de un año en el cargo, dije literalmente que: “Si en un año no se ha recuperado la audiencia, al menos hasta el nivel que encontró al entrar, los políticos serán los que tendrán que cambiar la estrategia para nombrar un nuevo Director General que consiga que IB3 sea un servicio público más eficiente de lo que lo es hoy”. Ha pasado un año y hemos ido a peor.

Los resultados en audiencia han empeorado y, lo que es peor, los de confianza de los trabajadores sobre los directivos están bajo mínimos. Se necesita un golpe de timón.

La media de tiempo en el cargo de los 8 directores generales en los 12,7 años de vida de IB3 ronda el año y medio. El actual Director General va a cumplir dos años en el cargo y los resultados dentro y fuera son los que son. Espero que si los políticos toman decisiones, sea con otros criterios diferentes a los mostrados en la grabación expuesta esta semana por este diario. IB3 no es cortijo de nadie. Es una televisión y radio que pagamos todos y exigimos resultados.